
Donald Trump lleva poco más de un mes al frente de la Casa Blanca y podría batir récord de actividad. Entre las múltiples medidas, está la orden que ha dado a Chevron y otras petroleras estadounidenses para dejar de exportar petróleo de Venezuela e irse del país. Pero ojo, porque China podría aprovechar la situación para ocupar dicho hueco.
La medida afecta no sólo a Chevron, sino también a Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford Internacional. Hace unas semanas, el propio Trump anunció la no renovación de las licencias a partir del 1 de marzo por el “incumplimiento de los acuerdos electorales y de inmigración por parte del gobierno de Nicolás Maduro”, y en su red social Truth Social, refirió “el ineficaz e incumplido ‘Acuerdo de Concesión’ de Joe Biden.
De esta forma, Chevron deberá dejar de exportar petróleo desde Venezuela el próximo 3 de abril y la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) -que pertenece al Departamento del Tesoro de EEUU y se encarga de administrar y hacer cumplir las sanciones económicas y comerciales basadas en la política exterior del país- le ha ordenado liquidar sus operaciones y le ha prohibido pagos en impuestos a la dictadura de Maduro. Por su parte, Halliburton, Schlumberger, Baker Hughes y Weatherford Internacional deberán salir de Venezuela a partir del 9 de mayo.
“Venezuela perderá el acceso al mercado estadounidense, lo que obligará a PDVSA a buscar nuevos mercados y posiblemente recurrir al mercado negro”, señala la consultora Albus Data
“Si bien PDVSA (la petrolera estatal venezolana) podría asumir la producción de Chevron a corto plazo, se espera un deterioro progresivo en los niveles de producción a partir de 2026”, ha referido la consultora económica Albus Data a sus clientes. “Venezuela perderá el acceso al mercado estadounidense, lo que obligará a PDVSA a buscar nuevos mercados y posiblemente recurrir al mercado negro”, ha añadido.
La medida de Trump (al que le ha dado igual el peloteo de Chevron, que ha renombrado el Golfo de México como el Golfo de América) tiene apoyo del secretario de Estado, Marco Rubio, quien en la red social X señaló que pondrán fin “a las licencias de petróleo y gas aprobadas bajo la Administración Biden, las cuales han servido para financiar de manera vergonzosa al régimen ilegítimo de Maduro”. Asimismo, Rubio ha asegurado que ya ha empezado a dar las directrices para cumplir con la decisión de Trump. Sin embargo, la medida no es del agrado del enviado del presidente de EEUU a Venezuela, Richard Grenell, y mucho menos después de que hace unas semanas lograra que Maduro liberara a seis estadounidenses que estaban detenidos en Venezuela desde los últimos meses de 2024, junto a ciudadanos de otros países, a los que se acusó de participar en presuntos planes contra Maduro impulsados por Washington.
Hoy, conforme a la orden de @POTUS, estoy proveyendo orientación en nuestra política exterior para terminar todo respaldo del Departamento de Estado a las licencias de petróleo y gas aprobadas bajo la administración Biden las cuales han servido para financiar de manera vergonzosa…
— Secretary Marco Rubio (@SecRubio) February 27, 2025
En el entretanto, la española Repsol, la italiana Eni y la francesa Maurel & Prom no mueven ficha y siguen operando en el país hispanoamericano que cuenta con la mayor reserva de petróleo pesado del mundo, aunque con cierta incertidumbre. Asimismo, hay que tener en cuenta la deuda que Venezuela tiene con estas petroleras y que van cobrando en especie. En el caso de Repsol, en su página web se detalla que su presencia se centra en: el campo Perla (conocido como Cardón IV) que comparte al 50% con Eni y se dedica a la producción de gas; la petrolera Petroquiriquire que gestiona en un 40% con PDVSA, que tiene el 60% restante, y a la que en 2023 incorporó los pozos de Tomoporo y La Ceiba por casi 1.600 millones de euros; así como proyectos de desarrollo de crudo en Petrocarabobo; y proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos gaseosos en el bloque Quiriquire, del que posee una participación del 60%.