Mientras se celebraba el Debate del Estado de la Nación, en el Congreso, los ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin) se reunían en Bruselas para marcar las líneas básicas de actuación ante la escalada de los precios y una cada vez más probable recesión económica.

El mensaje principal afecta de lleno a España, porque va dirigido a los países con mayor volumen de deuda pública. Apunten: la deuda deber ser “creíble” y la política fiscal debe girar hacia la “sostenibilidad fiscal” a medio plazo. Traducido: el Gobierno debe recortar el gasto público cuanto antes, y la mayor partida de ese gasto son las pensiones.

“Altos niveles de deuda pública pueden obstaculizar el crecimiento económico y reducir la capacidad de los Estados miembro de aportar una estabilización anticíclica en los casos de recesión económica”, afirmaron los ministros.

En definitiva, la barra libre de la pandemia tiene que acabar y hay que volver cuanto antes a la disciplina fiscal. “Necesitamos reglas realistas y previsión, porque las normas deber ser aplicables y tenemos que encontrar un acuerdo al respecto entre los Estados miembros y la Comisión”, señaló el ministro de Finanzas checo.

Todo esto se produce mientras se siguen discutiendo las contrapartidas que tendrá para nuestro país el programa anti-fragmentación que anunció el BCE para evitar que la subida de tipos provoque una excesiva subida del coste de la deuda. Sea lo que fuere, lo que está claro es que el despilfarro público se terminó. Ahora nos toca pagar la fiesta.