España necesita al BCE como agua de mayo, principalmente para que no se dispare el coste de la deuda tras la inevitable subida de tipos. Esa dependencia quedó patente el 15 de junio, cuando el BCE anunció el programa de anti-fragmentación, y se ha notado en la subasta del Tesoro celebrada este martes.

Al grano: el organismo dependiente de Economía, ha colocado 355 millones de euros en letras a tres meses a un interés marginal del -0,198%, menos negativo que en la subasta anterior (-0,350%), en parte gracias a que ha colocado mucho menos que lo que se esperaba: solo 355 millones frente a los 2.161,5 millones demandados.

En cuanto a las letras a nueve meses, el Tesoro ha logrado rebajar el interés marginal: 0,484% frente al 0,660% de la subasta anterior, pero otra vez colocando mucho menos de lo esperado: 1.478,83 millones frente a los 4.278,9 millones demandados.

En definitiva, España necesita el programa anti-fragmentación del BCE para que el coste de la deuda no se dispare. En otras palabras, seguimos necesitando respiración asistida. El problema es si seremos capaces de respirar por nosotros mismos.