Rheinmetall ganó 717 millones de euros en 2024, un 36% más respecto al año anterior, según ha informado la compañía armamentística alemana.
Las ventas llegaron a los 9.751 millones de euros, un 35,9% más. En este capítulo, el segmento de vehículos facturó 3.790 millones de euros, un 45,2% más; la división de armas y municiones facturó 2.783 millones, un 58,5% más; el área de electrónica facturó 1.726 millones, un 31% más; mientras que el negocio de sistemas eléctricos facturó 2.038 millones, un 2,2% menos.
A 31 de diciembre de 2024, la cartera de pedidos de Rheinmetall llegaba a un récord de 55.000 millones de euros, después de los 38.000 millones del año anterior.
Armin Papperger, consejero delegado de Rheinmetall, ha dicho: "Ha comenzado en Europa una era de rearme que exigirá mucho de todos nosotros”, lo cual anticipa un crecimiento para los próximos años "como nunca antes hemos experimentado".
En lo referente a este sector armamentístico, Hispanidad ha publicado esta semana que se está produciendo un vuelo en los proveedores de Defensa en España. Y que Indra ratifica al alza su posición como contratista principal del consorcio Tess Defence. Ante este hecho sonríen especialmente los hermanos Ángel y Javier Escribano, ahora desde sus sillas como presidente de Indra y como presidente de Escribano Mechanical Engineering (EM&E), respectivamente. Ambos buscan sacar provecho del puesto de segundo accionista de Indra, con una participación 14,30% del capital, tan sólo por detrás de la SEPI -o sea, del Estado- (28%); y por delante de SAPA (7,94%) y de AmberCapital (7,24%). En definitiva, no sólo buscan que Indra gane contratos de defensa, sino también EM&E, y todo esto en pleno rearme europeo, al tiempo que apuestan fuerte por instalarse y producir en Asturias.
El mayor de los hermanos Escribano, Ángel, preside Indra de forma oficial desde el 20 de enero. Ahora, en una entrevista con La Nueva España, ha señalado que Indra está dispuesta a comprar la Fábrica de Armas de Trubia, que es propiedad de General Dynamics, uno de los socios del consorcio Tess Defence que controla en un 51% Indra desde octubre. Esta fábrica pertenece al conglomerado estadounidense de empresas del sector aeroespacial y militar General Dynamics, que nació el 7 de febrero de 1899 y que hoy es fruto de compras y fusiones de numerosas compañías (entre ellas, la empresa de armamento española Santa Bárbara, cuya venta fue aprobada por el Gobierno de José María Aznar el 30 de marzo de 2001 por 831 millones de pesetas, es decir, unos 4,99 millones de euros).