
Se está produciendo un vuelo en los proveedores de Defensa de nuestro país. Hace unos días era Francisco Javier Sánchez Segura, presidente de Airbus España, quien celebró el rearme europeo, aunque advirtió de problemas de dependencia y fragmentación. Ahora es Indra la que ratifica al alza su posición como contratista principal del consorcio Tess Defence.
Ante este hecho sonríen especialmente los hermanos Ángel y Javier Escribano, ahora desde sus sillas como presidente de Indra y como presidente de Escribano Mechanical Engineering (EM&E), respectivamente. Ambos buscan sacar provecho del puesto de segundo accionista de Indra, con una participación 14,30% del capital, tan sólo por detrás de la SEPI -o sea, del Estado- (28%); y por delante de SAPA (7,94%) y de AmberCapital (7,24%). En definitiva, no sólo buscan que Indra gane contratos de defensa, sino también EM&E, y todo esto en pleno rearme europeo, al tiempo que apuestan fuerte por instalarse y producir en Asturias.
El mayor de los hermanos Escribano, Ángel, preside Indra de forma oficial desde el 20 de enero. Ahora, en una entrevista con La Nueva España, ha señalado que Indra está dispuesta a comprar la Fábrica de Armas de Trubia, que es propiedad de General Dynamics, uno de los socios del consorcio Tess Defence que controla en un 51% Indra desde octubre. Esta fábrica pertenece al conglomerado estadounidense de empresas del sector aeroespacial y militar General Dynamics, que nació el 7 de febrero de 1899 y que hoy es fruto de compras y fusiones de numerosas compañías (entre ellas, la empresa de armamento española Santa Bárbara, cuya venta fue aprobada por el Gobierno de José María Aznar el 30 de marzo de 2001 por 831 millones de pesetas, es decir, unos 4,99 millones de euros).
Cabe destacar que General Dynamics es uno de los socios de Indra dentro del consorcio Tess Defence. El pasado 29 de octubre, Indra aprobó elevar su participación al comprar un 26,33% adicional al resto de socios, que son: General Dynamics European Land Systems (GDELS) Santa Bárbara Sistemas -filial de General Dynamics dedicada a sistemas terrestres-, SAPA y EM&E. Desde ese momento, Indra controla el 51,001%, un logro por parte de Marc Murtra cuando era su presidente y que además logró que Tess Defence se convirtiera en el primer contratista para los programas de vehículos blindados del Ejército de Tierra presentes y futuros, como el VCR 8x8 (Vehículo de Combate sobre Ruedas), VAC (Vehículo de Apoyo de Cadenas), además de sus derivados y fases posteriores. Esto se traduce en el acceso a una cartera potencial en España de más de 10.000 millones de euros en vehículos blindados terrestres en los próximos 15 años, con más de 700 vehículos en pedidos en firme y oportunidades adicionales de más de un millar de vehículos; y que asciende a más de 30.000 millones a nivel global en los próximos 20 años. Unas cifras que aún podrían ser mayores, pues el pasado octubre aún no se había lanzado el rearme europeo.
Precisamente, una parte de los VCR 8x8 (las barcazas) se producen en la Fábrica de Armas de Trubia. Ángel Escribano ha referido que Asturias es la única “opción” para instalar la nueva planta de producción del consorcio Tess. Asimismo, ha señalado que el cambio geoestratégico tras la vuelta de DonaldTrump a la Casa Blanca “abre un escenario muy importante, con cifras de dinero estratosféricas”. Además, considera que la mayoría en el citado consorcio “nos lleva a una mayor responsabilidad con el cliente”. En paralelo, se ha conocido que Escribano comparecerá el próximo jueves 13 en la Comisión Mixta de Seguridad Nacional del Congreso de los Diputados, a petición del PP, así como Marc Murtra, ahora presidente de Telefónica, para explicar las líneas generales que seguirán al frente de dos compañías que son de interés para la seguridadnacional.
Claro que Javier Escribano, ahora como presidente de EM&E, no se queda atrás en el negocio de defensa ni en Asturias. A finales de febrero, mantuvo una reunión con el presidente del Principado, el socialista Adrián Barbón, para hablar sobre la implantación progresiva en la región, así como la inversión de unos 50 millones en una planta de producción. "Para nosotros es muy importante el ecosistema industrial que hay en Asturias y quiero agradecer el apoyo impresionante que hemos encontrado de la agencia Sekuens. Estamos muy interesados en ejecutar proyectos en Asturias", afirmó Javier Escribano. Por el momento, la apuesta empezará por el centro de I+D+i en La Curtidora de Avilés con una oficina mediana, en la que tan solo hay trabajando alrededor de diez personas, pero que queremos multiplicar por cuatro o cinco en los próximos meses", explicó, y tras esto, los siguientes pasos que quiere dar desde EM&E son el desarrollo de la ingeniería, así como tener parte de fabricación y ejecución de proyectos de defensa en el Principado.