Ha presentado sus resultados de 2023 el Santander este miércoles. Buenos resultados, como los de ayer del BBVA. Parece que la banca, ya saben: ese negocio basado en márgenes muy estrechos y altos volúmenes, comienza a operar con cierta normalidad tras muchos años (desde la crisis de 2008) en que no ha sido así.

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Los resultados han sido buenos: 12.183 millones de euros, un 13,2% más que en el ejercicio pasado. La noticia la ha acogido bien el mercado y la acción del banco subía esta mañana un 2,40%, lo que unido al impulso que su competidor lleva dando estos dos últimos días al mercado, explica que el Ibex-35 opere ya por encima de los 10.100 puntos.

La subida de tipos, que se va trasladando a la renovación y a las nuevas operaciones, ha incrementado el margen de intereses un 12% respecto a 2022. Esa misma subida, comienza a notarse en las comisiones, pero en sentido contrario y aunque en el año estos ingresos, los de las comisiones, han subido un 2,3% ya en el último trimestre del año han descendido en un 9,1% respecto del trimestre anterior. La mejora de los márgenes y la presión competitiva permite a los bancos reducir el cobro por servicios de los bancos, que tan impopular es entre sus clientes.

La combinación de fuerte subida del margen de intereses y muy moderada de las comisiones explica el crecimiento del margen bruto en un 10,2% durante 2023. Con este margen tiene Santander que cubrir sus gastos y atender su insolvencia. Los gastos suben fuertemente en lo referente al personal (+9,4%), lo que incide en que el incremento total de todos los conceptos lo haga un no moderado 6,3%. De hecho, Santander presenta peor ratio de eficiencia (44,1%) que su competidor BBVA (41,7%).

Las pérdidas por insolvencia aumentan un 19,3%, como corresponde a la previsión de incremento de la mora que va aparejada a una subida de los tipos de interés y que las entidades comienzan a notar, aunque en este caso de manera muy ligera pues ha crecido hasta el 3,14% desde el 3,08% del año anterior. La cobertura de los créditos problemáticos se ha mantenido prácticamente estable en los dos tercios.

Los gastos suben fuertemente en lo referente al personal (+9,4%), lo que incide en que el incremento total de todos los conceptos lo haga un no moderado 6,3%

El volumen de crédito durante el ejercicio no ha crecido, lo que podría indicar las dificultades de la red comercial para encontrar deudores solventes. Sin embargo, los depósitos de la clientela han crecido moderadamente (+3,7%) y el patrimonio neto algo más que moderadamente (+6,8%). El efecto de estos crecimientos últimos que no se trasladan al crédito, han mejorado, como es lógico, la liquidez y la solvencia del grupo. El CET1 fully loaded (por no aburrirles con más métricas de solvencia) ha crecido desde el 12% hasta el 12,3% y la ratio de capital fully loaded desde el 15,8% hasta el 16,3%. La liquidez arroja un LCR de del 166% y una ratio de financiación estable (NSFR) del 122%, por encima de las exigencias regulatorias.

El negocio en España, como ayer en el caso del BBVA, ha crecido en términos de beneficios fuertemente durante 2023 (+51,9%). En general, ha sido en todos los mercados europeos en los que opera el grupo (Portugal +67,9%, Polonia +85,3%, Reino Unido +10,8%). Estos crecimientos se han visto compensados por decrecimientos de resultados en mercados como el de los EEUU (-47,7%), Brasil (-24,5%) o Chile (-14,1%). Está claro que este lado del Atlántico le ha salvado este año los resultados al otro lado del Atlántico.

La acción cotizaba al cierre de 2023 por debajo de su valor en libros (0,79) pero mejor que un año antes (0,66), como en general le está pasando a toda la banca. La normalización de resultados a la que aludíamos al principio de este artículo va acercando las rentabilidades obtenidas por las entidades a las que le exige el mercado y, en ese sentido, el descuento con el que cotizaban sobre valor en libros estas instituciones va reduciéndose.

Como su competidor principal, BBVA, Santander pretende no sólo remunerar a sus accionistas con una mejora del dividendo, sino devolverles recursos recomprando acciones. Está claro, como ya hemos dicho en otras ocasiones, que el negocio bancario, aunque necesario, está falto de oportunidades de inversión.