El socialista catalán Raül Blanco se hace valer antes las elecciones generales del 23-J, como tantos otros compañeros de partido (entre ellos, Beatriz Corredor, que ha firmado el manifiesto pro-Sánchez lanzado por Zapatero) y también miembros de la ‘smart people’ sanchista que han tenido la suerte de ser colocados por el Gobierno Sánchez en empresas públicas y semipúblicas, pero cuyos puestos corren peligro si el PP llega a La Moncloa. Claro que Blanco lleva poco como presidente de Renfe, apenas unos cinco meses, pues llegó para cubrir la dimisión de Isaías Táboas tras el error de los trenes en Asturias y Cantabria y unos ceses poco relevantes para intentar salvar el golpe. Y ¿cómo se hace valer Blanco? Pues con los resultados de la compañía, que ha acelerado la reducción de pérdidas en el primer semestre, incluyendo ganancias en tres meses consecutivos, y ya prevé cerrar el año en positivo.

Si esto finalmente ocurre, sería la vuelta de Renfe a números negros, tras tres años consecutivos circulando por la vía de las pérdidas debido al batacazo del Covid y sus secuelas, y al fuerte aumento del coste de la energía, al tiempo que iba afrontando competencia de franceses (el Ouigo de SNCF) e italo-españoles (el Iryo de Air Nostrum, Trenitalia y Globalvía) tras la liberalización de la alta velocidad (proceso que puede acabar con su excelente reputación). Recuerden que 2019 fue el último año con beneficios (en concreto, de 101 millones) en el operador público ferroviario, pero después ha ido registrando pérdidas: de 473 millones en 2020, de 362 millones en 2021 y de 108,6 millones en 2022.

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Entre enero y junio, Renfe habría seguido con la reducción de sus números rojos, según avanza El Economista sobre cifras que aún debe ratificar el Consejo de Administración del operador ferroviario: se han situado en -50,8 millones, frente a los de 73,6 millones del primer semestre de 2022 y los 70,4 millones del primer trimestre de este año. Además, ha tenido récord de ganancia en junio, sumando ya tres meses consecutivos de números negros.

El resultado bruto de explotación (ebitda) ha crecido un 9,3%, a 138 millones, pese a que los gastos (entre ellos, los cánones de Adif, el coste de la energía y los gastos de personal) han pasado de 1.867 millones a 1.889 millones. Por su parte, los ingresos han ascendido a 2.027 millones, gracias al aumento de viajeros tanto en los servicios comerciales (AVE, su versión low cost -Avlo-, y Alvia) como en los de Cercanías y regionales (considerados Obligaciones de Servicio Público y que por eso reciben subvención del Estado, los cuales están teniendo ahora descuentos).