Rakuten no remonta ni en resultados ni en bolsa. Y es que sigue en pérdidas, como se puede ver en los resultados de los nueve primeros meses, y su cotización acumula una depreciación del 20,40% en el último año.

La empresa tecnológica y de comercio electrónico japonesa (que no copia a sus vendedores, como hace Amazon) ha reducido sus números rojos un 20,6% hasta septiembre, situándolos en unos 1.290 millones de euros. Todo ello tras varias desinversiones: ha salido de la empresa de reparto a domicilio Glovo -la compañía española que absorbió la alemana Delivery Hero y que se fue de España al aprobarse la ‘ley Rider’- y de una aplicación similar con sede en Dubai denominada Careem. Asimismo, hace unos meses refirió que quiere dejar de ser primer accionista de la plataforma española de multimovilidad Cabify… y quizá podría plantearse después una salida de Lyft, el gigante estadounidense de VTC. Parece que Rakuten ya no cree tanto en las plataformas de reparto de comida a domicilio ni de movilidad, además, desde el 1 de julio de 2022 ya no es patrocinador del Barça.

Relacionado

En los nueve primeros meses, Rakuten ha afrontado unos gastos operativos de 10.212 millones, un 1,2% superiores a los de hace un año y que han sido mayores a los ingresos, lastrando el resultado operativo: este último se ha desplomado un 28,7%, a 1.111 millones de euros. Por su parte, los ingresos han crecido un 9,7%, hasta situarse en 9.222 millones, gracias a la buena evolución del negocio de servicios de Internet (5.366 millones) -que incluyen comercio electrónico y Rakuten TV- y de la rama fintech (3.302 millones), pues los ingresos del negocio de telefonía han sido deficitarios y además hay que restar 1.080 millones de las transacciones dentro de la propia compañía.

Eso sí, este viernes su cotización de la compañía fundada y dirigida por Hiroshi Mickey Mikitani ha tenido un ligero incremento del 0,62%, aplaudiendo el incremento de las previsiones anuales: Rakuten prevé un crecimiento de dos dígitos en los ingresos consolidados, aunque algunas divisiones facturen menos debido a la guerra en Ucrania y la inflación. Un minúsculo consuelo en el parqué, aunque insuficiente para compensar la depreciación del 20,40% que acumula en el último año.