
Javier, ¿se presenta a nuestros lectores por favor?
"Soy Javier Elosua, fundador y asesor de Glendale Equity. Llevo casi una década vinculado al mundo de la gestión de activos, la mayor parte de ese tiempo como analista de renta variable internacional, trabajando de forma directa en el análisis de compañías cotizadas y en la toma de decisiones de inversión. Durante varios años desarrollé esa labor en Muza Gestión de Activos, una etapa clave en mi formación profesional. Actualmente dedico el 100% de mi actividad a Glendale Equity, un fondo de autor centrado exclusivamente en la inversión en renta variable", y que nació el pasado 10 de octubre.
Dos meses y medio largos, después, en cartera, a día de hoy, 10 compañías “idealmente un máximo de 20 posiciones, y un horizonte temporal de largo plazo”, explica, con ROVI, en el top 3 junto a IPC (exploración y producción de petróleo) controlada por un grupo familiar sueco, y Atalaya, dueña de las minas de Rio Tinto… y que, por cierto, lleva un año fantástico en Bolsa.
De la Bolsa, por cierto, y del run-run de mercado, Javier Elosua está pendiente…lo justo. “Evidentemente seguimos la actualidad económica y el contexto de mercado, porque forman parte del entorno en el que operan las compañías. A partir de ahí, más allá de los grandes nombres o narrativas, existen cientos de empresas que encajan con nuestros criterios de inversión y son capaces de generar valor a largo plazo”.
Y aunque “sería poco realista decir que uno es inmune al ruido, soy humano”, Elosua ha diseñado un proceso de inversión estructurado para minimizar ese componente emocional. “La idea es sencilla”, asegura, “separar el análisis del ruido y dejar que el proceso, y no las emociones, guíe las decisiones de inversión”.
-Se va de Muza, cuyo Ceo, Luis Urquijo, ha pasado un par de veces por esta sección. ¿Qué le lleva a dar el salto?
Fue una decisión ligada a la madurez profesional. Tras casi 8 años como analista, sentí que estaba preparado para asumir el reto y la responsabilidad de desarrollar un proyecto propio.
- ¿Ha sentido algo de vértigo… en algún momento?
Todo cambio relevante impone respeto, pero no diría vértigo. La transición se meditó y preparó con meses de antelación, lo que permitió dar el paso con serenidad.
-El 10 de octubre nace oficialmente Glendale Equity. Siempre me gusta preguntar de dónde viene el nombre, y también me gustaría que me presentara el fondo.
El nombre del fondo procede de Glendale, un valle (“glen” en gaélico) de la isla de Skye, en Escocia. Muchos asocian el término a las destilerías de whisky escocesas, que también suelen empezar por “Glen”, pero hasta ahí la anécdota.
Invertir a nivel internacional no es incompatible con hacerlo en compañías españolas. Muchas empresas del Ibex generan una parte muy sustancial de sus resultados fuera de nuestro país
En cuanto al fondo, Glendale Equity es un vehículo de inversión que invierte exclusivamente en renta variable internacional, con un enfoque generalista a nivel sectorial y flexible por capitalización. Nuestro estilo de inversión es fundamental y bottom-up, analizando cada compañía de forma individual y caso por caso, sin partir de visiones macroeconómicas o de mercado. El resultado es una cartera concentrada, idealmente con un máximo de 20 posiciones, y un horizonte temporal de largo plazo.
-Usted dice, en la carta de presentación, que el universo de inversión es internacional. ¿Esto quiere decir que no le gusta la renta variable española? Le recuerdo que, el Ibex 35 va a cerrar este 2025 como el mejor índice europeo
En absoluto, invertir a nivel internacional no es incompatible con hacerlo en compañías españolas. De hecho, en la cartera de Glendale hay ya varias, como Laboratorios Farmacéuticos Rovi, CIE Automotive o Inditex, todas ellas con una fuerte presencia internacional y origen local.
En este sentido, conviene distinguir entre el mercado en el que una compañía cotiza y el origen de sus beneficios. Muchas empresas del Ibex, aun cotizando en España, generan una parte muy sustancial de sus resultados fuera de nuestro país. Eso no impide que en España existan compañías de gran calidad y oportunidades atractivas.
-El fondo tiene en cartera a Rovi, como me ha comentado. ¿Qué destacaría de esta compañía?
Efectivamente, Rovi es una de nuestras principales posiciones. Destacaría, sobre todo, la transformación estructural de su negocio de fabricación a terceros, especialmente en inyectables para grandes farmacéuticas. A raíz del Covid, esta división adquirió una nueva dimensión, pasando de ser un negocio complementario a uno de los principales motores de crecimiento del grupo.
ROVI es una de nuestras principales posiciones. Destacaría, sobre todo, la transformación estructural de su negocio de fabricación a terceros, especialmente en inyectables para grandes farmacéuticas
-Pero ROVI no lleva un buen año en Bolsa. Por ejemplo, una de las últimas cosas que yo conté de la empresa es que los López Belmonte no lograban recuperar la cotización.
Los movimientos a corto plazo en Bolsa no siempre reflejan la evolución del negocio. En el caso de Rovi, creemos que el mercado está muy centrado en el próximo ejercicio, mientras que la creación de valor es a tres o cinco años vista.
Sin hablar de certezas, sí vemos una probabilidad creciente de que, antes de 2030, la compañía aumente de forma significativa sus ventas, apoyada en la firma de nuevos contratos en su negocio de fabricación a terceros y en una mayor utilización de la capacidad productiva instalada, con acuerdos ya firmados con clientes de la talla de Moderna, Novo Nordisk o Roche. En ese escenario, el crecimiento del flujo de caja sería sensiblemente superior.
Nuestro empeño está en esa evolución operativa; la valoración en Bolsa acaba siendo la consecuencia natural de ese proceso.
-¿Le gustan las compañías familiares?
Sí, pero no por el hecho en sí de que sean familiares. Lo que nos interesa es la alineación accionarial y la disciplina en la asignación de capital. Nos gusta invertir —o asociarnos— con dueños cuyos intereses estén alineados con los nuestros, es decir, crear valor y rentabilizar nuestra inversión.
El sector de la salud resulta atractivo por varios factores estructurales: una tendencia demográfica inevitable de envejecimiento, elevadas barreras de entrada y una capacidad demostrada de generar altos retornos
Por ello, es crucial que exista un accionista de referencia con una participación mayoritaria —ya sea una familia o un equipo directivo— que tenga un incentivo directo para tomar decisiones orientadas a incrementar el valor del negocio y, con ello, el valor para el accionista.
-He leído que el sector se está convirtiendo en uno de los favoritos, en términos defensivos, ante las dudas sobre el sector tecnológico, ¿qué opina?
El sector de la salud resulta atractivo por varios factores estructurales: una tendencia demográfica inevitable de envejecimiento de la población, elevadas barreras de entrada y una capacidad demostrada de generar altos retornos sobre el capital invertido.
A ello se suma que, tras la reciente corrección bursátil, en algunos segmentos las valoraciones son hoy más atractivas, lo que explica el renovado interés inversor.
-Inditex, empresa familiar donde las haya, y teniendo en cuenta que a usted no le guía la inmediatez ni el 'run-run' bursátil, ¿no es hora de que el mercado reconozca la calidad de su negocio?. ¿Podría superar los 200.000 millones de capitalización?
- El mercado no duda de la calidad del modelo de Inditex; basta ver que desde su salida a Bolsa su acción se ha multiplicado por más de doce veces. A partir de aquí, para que el mercado siga reconociendo su valor, la compañía tiene que seguir demostrando su capacidad de crecer en ventas sin deteriorar márgenes. Si Inditex continúa ejecutando su modelo y cumpliendo expectativas operativas, la evolución de su capitalización será una consecuencia natural, más que un objetivo en sí mismo.
Invertir en México tiene una ventaja adicional porque analizar compañías en tu propia lengua y dentro de un contexto cultural cercano facilita una comprensión más profunda del negocio y de sus equipos directivos
-También habla en la carta de presencia selectiva en América, ¿dónde exactamente, en qué sectores, y por qué?
Aunque no invertimos por geografías, sino por compañías, nos referimos, sobre todo, a Estados Unidos, Canadá y México.
Por el momento, contamos con dos compañías mexicanas en cartera: Quálitas Controladora y Gruma. Quálitas es una compañía que conocemos desde hace varios años. Nos atrae su modelo de negocio asegurador por su elevada capacidad de generación de retornos a través de la gestión e inversión de las primas, así como por una fuerte alineación accionarial, al estar controlada por la familia fundadora.
Gruma, por su parte, también es una compañía familiar, con un negocio defensivo y resiliente ligado a la alimentación básica, que aporta estabilidad y diversificación dentro de una cartera que incluye también compañías de carácter más cíclico.
Además, invertir en México tiene una ventaja adicional que a veces se pasa por alto: aunque dominamos otros idiomas, analizar compañías en tu propia lengua y dentro de un contexto cultural cercano facilita una comprensión más profunda del negocio y de sus equipos directivos.
-Cuando preparábamos esta entrevista me decía que tenía la sensación de que ‘todo el mundo’ hablaba de los mismos temas…y es cierto, pero, ¿no son los temas que preocupan al mercado, a los inversores o…nos estamos perdiendo y no somos capaces de ver el bosque?
Es comprensible que los grandes titulares acaparen buena parte de la atención del mercado.
Atalaya Mining, además de su mina de Riotinto, la compañía está en proceso de desarrollar una segunda mina de cobre en Galicia que, junto con ampliaciones graduales en el sur de España, podría permitir duplicar la producción en los próximos años

En nuestro caso preferimos abstraernos de todo eso y poner el acento en lo que sí podemos analizar con rigor: las compañías que tenemos en cartera, sus modelos de negocio, su capacidad de generar caja y la relación entre su valor y el precio al que cotizan. Creemos que es más efectivo comprender en profundidad un número reducido de variables relevantes que dispersarse en consideraciones de carácter general.
- ¿Hay vida más allá de Nvidia, de los bancos… de Trump o de los tipos de interés?
Rotundamente sí. Evidentemente seguimos la actualidad económica y el contexto de mercado, porque forman parte del entorno en el que operan las compañías.
A partir de ahí, más allá de esos grandes nombres o narrativas, existen cientos de empresas que encajan con nuestros criterios de inversión y son capaces de generar valor a largo plazo. Nuestro cometido consiste en identificar esas compañías, analizarlas una a una y construir una cartera concentrada en un número acotado de ideas de inversión.
-Javier Elosúa ¿es capaz de aislarse del ruido? ¿Cómo es su método de trabajo?
Quiero pensar que sí, aunque sería poco realista decir que uno es inmune al ruido. Soy humano y, como cualquier inversor, estoy expuesto a los sesgos emocionales. Precisamente por eso el método es tan importante.
He diseñado un proceso de inversión estructurado para minimizar ese componente emocional. Parte de un análisis independiente y riguroso de cada compañía, con modelos propios y contacto recurrente con los equipos directivos, y se combina con una gestión disciplinada de la cartera.
Esto incluye un plan de construcción de posiciones definido de antemano, apoyado en herramientas propietarias como la matriz de pesos y en límites de pérdida máxima por posición.
Nos gusta especialmente el sector consumo en un sentido amplio porque, además de ofrecer una gran diversidad de modelos de negocio, en muchos casos somos usuarios directos de sus productos o servicios
La idea es sencilla: separar el análisis del ruido y dejar que el proceso, y no las emociones, guíe las decisiones de inversión.
-Además de Rovi, en el top tres están IPC y Atalaya. La primera, corríjame si me equivoco, está controlada por un grupo familiar sueco, y la segunda, es la dueña de las minas de Rio Tinto… y lleva un año fantástico en Bolsa, imagino que, por el buen comportamiento del cobre, ¿no es así? Hábleme de ellas, por favor.
Efectivamente. International Petroleum Corporation (IPC) está controlada y gestionada por la tercera generación de la familia Lundin, con una trayectoria muy destacada en el sector de materias primas. Es una compañía de exploración y producción de petróleo cuyo principal activo se encuentra en Canadá y que cuenta con un proyecto de expansión que entrará en operación en 2026, lo que supondrá un incremento de la producción superior al 50%.
El caso de Atalaya Mining es similar en ciertos aspectos. Además de su mina de Riotinto, la compañía está en proceso de desarrollar una segunda mina de cobre en Galicia, que, junto con ampliaciones graduales en el sur de España, podría permitir duplicar la producción en los próximos años.
En ambas inversiones, más allá de una visión establecida sobre el precio de la materia prima, estamos expuestos a crecimiento a través de planes operativos tangibles, ejecutados por equipos gestores con un track record contrastado.
-Actualmente, tiene 10 compañías en cartera. ¿En qué sectores está invertido y por qué? De todas ellas, ¿cuál está acaparando en estos momentos su atención?
Sí, ahora contamos con 10 compañías en cartera porque nos encontramos en una fase de despliegue progresivo del patrimonio. A medida que el fondo alcance su nivel de exposición objetivo, la cartera estará compuesta por entre 15 y 20 posiciones, manteniendo siempre un enfoque concentrado.
Al igual que Warren Buffett, nosotros también tenemos un “too hard pile”, donde colocamos aquellos casos de inversión que no entendemos o que exigirían dedicar una cantidad desproporcionada de tiempo para formarse una opinión
En cuanto a sectores, además de los ya mencionados de salud, energía o minería, tenemos exposición a seguros y alimentación, así como a consumo discrecional, por ejemplo, a través de compañías de la industria del automóvil o de aerolíneas. Nos gusta especialmente el sector consumo en un sentido amplio porque, además de ofrecer una gran diversidad de modelos de negocio, en muchos casos somos usuarios directos de sus productos o servicios, lo que acelera la comprensión del negocio. El tiempo es, al final, el recurso más valioso.
Respecto a dónde estamos poniendo ahora el foco, más allá de seguir profundizando en el seguimiento de las compañías ya en cartera, estamos centrados en completar el proceso de análisis de nuevas ideas de inversión que encajen en el fondo y contribuyan a completar la cartera con el mismo nivel de exigencia.
- ¿Qué tiene que tener una empresa para que Javier Elosúa se fije en ella? ¿Alguna que tenga en el radar?
Para que una compañía nos interese tiene que cumplir una serie de criterios muy específicos. En primer lugar, queremos sencillez empresarial: invertimos solo en negocios comprensibles, con modelos claros y sin complejidades innecesarias.
En segundo lugar, buscamos solidez operativa, es decir, compañías con un historial probado de beneficios y una ejecución consistente a lo largo del tiempo. Como hemos comentado, también es indispensable la alineación accionarial.
Además, toda inversión debe cimentarse en una tesis trazable de creación de valor, con hipótesis concretas sobre qué tiene que pasar y métricas objetivas que permitan hacer seguimiento. Por último, la valoración es primordial: exigimos una relación asimétrica entre potencial y riesgo, de forma que cuando acertamos ganemos más de lo que perdemos cuando nos equivocamos.
Toda inversión debe cimentarse en una tesis trazable de creación de valor, con hipótesis concretas sobre qué tiene que pasar y métricas objetivas que permitan hacer seguimiento
En cuanto a empresas en el radar, el proceso es dinámico: analizamos compañías constantemente, pero descartamos muy rápido —ya hemos dicho que el tiempo es oro— y solo damos el paso cuando todos estos criterios se cumplen simultáneamente.
-Entre los criterios de inversión, según he leído en la web, está la sencillez empresarial y que el negocio sea comprensible. Warren Buffett decía que él no invertía en lo que no entendía, ¿usted tampoco?
Exacto. Al igual que Warren Buffett, nosotros también tenemos un “too hard pile”, donde colocamos aquellos casos de inversión que no entendemos o que exigirían dedicar una cantidad desproporcionada de tiempo para formarse una opinión. Si no somos capaces de explicar en una sola línea cómo gana dinero una compañía, simplemente pasamos.
- “La totalidad de mi patrimonio financiero —así como el de mi círculo más cercano— estará invertida en Glendale, bajo las mismas condiciones que el resto de partícipes”, asegura en la carta de presentación. Lo de usted, es lógico, pero, su círculo más cercano tiene que tener confianza ciega o quererle mucho, ¿me equivoco?
No lo plantearía en términos de fe o amor, aunque desde luego soy un privilegiado por contar con su apoyo, sin el cual Glendale no sería una realidad. Más allá del vínculo personal, existe un convencimiento común en el método, en la transparencia y en el hecho de que todos estamos en el mismo barco.
Ahora toca demostrarlo con resultados, sabiendo que la inversión es un ejercicio de medio y largo plazo y que solo en un horizonte de varios años —al menos cinco— se puede evaluar correctamente la labor realizada.
- ¿Qué espera de este 2026? ¿Seguirá la fiesta bursátil? ¿De qué debemos estar pendientes?
Ojalá continúe, ya que el primer año de vida de un fondo puede condicionar de forma determinante su rentabilidad anualizada. En cualquier caso, eso es algo que no podemos controlar.
El primer año de vida de un fondo puede condicionar de forma determinante su rentabilidad anualizada. En cualquier caso, eso es algo que no podemos controlar
De lo que sí estaremos pendientes es de lo de siempre: de la evolución operativa de las compañías en cartera, de sus resultados, de las decisiones que tomen sus equipos directivos y de que las tesis de inversión se vayan cumpliendo. Nuestros esfuerzos no están puestos en adivinar si seguirá la fiesta bursátil o llegará una caída, sino en hacer un trabajo riguroso compañía a compañía.
-Y, Javier Elosúa está convencido de que será un año… (¿el año de Glendale, tal vez?)
2026 será un año clave para sentar las bases del proyecto. Para nosotros es, sobre todo, un año de siembra.
Si en este primer ejercicio somos capaces de aplicar el método con precisión y construir una cartera con convicción, tendremos mucho ganado de cara al futuro.









