
Tal y como se prevé, y más tras otra cesión a la Generalitat de Cataluña con el modelo de financiación territorial, habrá una nueva rendición de Pedro Sánchez ante el PNV. Y es que cederá... y pondrá dinero de todos los contribuyentes, naturalmente, para que Talgo sea vasca sí o sí.
En la tarde de este martes, el presidente del Gobierno se reunirá con el lehendakari y miembro del PNV, Imanol Pradales. Acto seguido, y ya incluyendo la participación del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, se celebrará la Comisión Bilateral de Cooperación Administración del Estado-Comunidad Autónoma del País Vasco para tratar, entre otros temas, la transferencia de un primer paquete de gestión de la Seguridad Social.
Claro que en ambas citas en La Moncloa se hablará también de Talgo. Decíamos que el PNV extendía su caradura, pues quiere que el fabricante ferroviario sea vasco sí o sí, pero no ser el único en poner dinero... y exigía que la SEPI (o sea, el Estado, a través de este holding público empresarial que depende del Ministerio de Hacienda) cumpla con su parte. En concreto, la semana pasada, el grupo parlamentario del PNV le recordó al Gobierno Sánchez que “los acuerdos son para cumplirlos”, incidiendo en que, a través de la SEPI, se comprometió a apoyar la operación vasca (es decir, la compra del 29,7% de Talgo que posee el fondo Trilantic por parte del consorcio vasco liderado por Sidenor y sus socios -el fondo público vasco Finkatuz, la Fundación Bancaria BBK y la Fundación Bancaria Vital-) con un préstamo convertible de cerca de 150 millones de euros. Una cifra que también ayudaría a que Talgo afrontara la multa de 116 millones que le impuso Renfe por el retraso en las entregas de los trenes Avril, por cierto.
Eso sí, más adelante, Moncloa propuso que la cifra de 150 millones se dividiera en dos, aportando 75 millones el Gobierno central y la misma cifra el consorcio vasco, en el que participa el Ejecutivo de Pradales y otras entidades privadas. El PNV presumió, cómo no, de que este último “hizo los deberes”, pero la SEPI había decidido “dar marcha atrás a su propuesta inicial”. Finalmente, parece que la presión de los nacionalistas vascos ha hecho mella en Sánchez... y cederá, por lo que la SEPI pondrá los 75 millones que prometió. Eso sí, lo hará a través de un crédito participativo convertible a medio plazo en acciones, y no descarta la toma directa de una participación. Esto último supondría que habría dejado de pensar un movimiento que ha decidido con mucha más rapidez en otras empresas, como Indra y Telefónica, y que encima también le ha salido por un precio más caro.
Y parece que los inversores esperan la cesión de Sánchez porque la cotización de Talgo sube un 2,76%, a 2,98 euros, frente a un Ibex 35 que baja un 0,6%. Eso sí, no hay que olvidar que la acción del fabricante ferroviario cotiza por debajo de los 3 euros... y lejos de los 5 euros que llegó a ofrecer el consorcio húngaro Ganz-Mavag cuando lanzó una OPA por el 100% del capital... que vetó el Gobierno Sánchez por sectarismo ideológico, llegando a aludir a la cuestión de la seguridad nacional. Tras esto, recuerden que Moncloa intentó que Criteria Caixa entrara en el capital de Talgo pero no lo logró; y llegó a buscar nuevos socios (los vascos de Sidenor, los polacos de Pesa y los indios de Jupiter Wagons -que tienen entre sus accionistas a los eslovacos de Tatravagonka-). Sin embargo, sólo con los vascos cuajó más el tema y se llegó a un preacuerdo para la venta del 29,7%... así el fondo Trilantic podría irse de Talgo, como lleva queriendo hacer desde hace tiempo.
Eso sí, no hay que olvidar que, aunque los nacionalistas vascos se salgan con la suya y el consorcio liderado por Sidenor entre en Talgo, seguirá sin resolverse el problema de capacidad industrial que tiene el fabricante ferroviario para hacer frente a sus pedidos. Además, la siderúrgica vasca que preside José Antonio Jainaga afronta dificultades dentro de su propio sector por el impacto de los aranceles al acero impuestos por Donald Trump. Por tanto, tras su cesión... y poner dinero, el Gobierno Sánchez deberá ver cómo soluciona el problema de capacidad industrial de Talgo y cómo defiende una empresa que considera estratégica por su tecnología de ancho variable.











