Este martes, Naturgy ha presentado sus resultados de 2023 y tienen razones para estar satisfecho. De hecho, Francisco Reynés, su presidente y CEO, ha señalado que los mismos son “un reconocimiento al trabajo de todos los empleados”. Ahora toca seguir creciendo y en esa línea, este ingeniero industrial ha descartado incorporar socios en los proyectos de renovables, como están haciendo otras muchas energéticas (Repsol e Iberdrola, entre ellas), por ahora. Eso sí, de cara a las oportunidades, están atentos y tienen capacidad para “ejecutar cualquier oportunidad que pudiera surgir”, si se ajusta a la disciplina financiera de inversión.

En la rueda de prensa, el presidente y CEO de la energética ha destacado que están “comprometidos con la transición energética, pero pedimos tiempo para hacerla”. También solicita actualizar la retribución de la inversión en redes eléctricas, porque los costes unitarios de inversión se remontan a 2013 y los tipos de interés no son iguales. “La tasa regulatoria de la retribución de redes eléctricas en España es menor a la de Alemania”, ha afirmado Reynés, por lo que “pediremos al regulador que se adecue” y más, porque la inversión en redes se debe hacer más rápido para adecuar al volumen de generación renovable”. La vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera; Beatriz Corredor, presidente de Redeia; y Cani Fernández, presidente de la CNMC, tienen deberes. Además, Reynés no ve necesidad de que se vuelva a subir la tasa Enresa de cara al plan de cierres y desmantelamiento de las nucleares, y ha destacado que “el parque de ciclos combinados de gas de Naturgy está en perfecto estado de revista” e incluido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) para garantizar la seguridad de suministro a medida que vayan cerrando las nucleares y se vayan instalando más renovables. 

Reynés descarta incorporar socios en los proyectos de renovables, como están haciendo otras muchas energéticas (Repsol e Iberdrola, entre ellas), por ahora

Entre los pasos de Naturgy en la citada transición, está la apuesta por las renovables que se puede ver en la “histórica” cifra de inversión de 2.944 millones de euros (+53%), acaparando 1.729 millones, frente a los 828 millones del año anterior, y la cifra de 1,2 GW en construcción que se irán poniendo en operación. En capacidad instalada renovable ya cuenta con 6,5 GW repartidos entre España (5 GW), Hispanoamérica, Australia y EEUU; y por tipo de energía, la apuesta se centra principalmente en eólica (3,3 GW) e hidráulica (2,2 GW), a las que se suma algo de solar con almacenamiento (1 GW). Claro que más allá de las energías verdes que tanto gusta a la vicepresidenta ecológica, Naturgy invierte en gases renovables: cuenta con unos 60 proyectos de biometano (una solución para residuos orgánicos, donde España tiene un gran potencial, pues podría sustituir cerca de la mitad de la actual demanda de gas y las redes de distribución están ya preparadas) y diez en hidrógeno en distintas fases de desarrollo.

“La tasa regulatoria de la retribución de redes eléctricas en España es menor a la de Alemania”, afirma Reynés, por lo que “pediremos al regulador que se adecue” y más, porque la inversión en redes se debe hacer más rápido para adecuar al volumen de generación renovable

Reynés ha hablado poco de la compra de GIP por parte de BlackRock: “No me toca a mí valorarlo, es una operación entre accionistas”. Respecto al análisis de esta por parte del Gobierno, ha insistido en que “no me gusta nunca opinar de política”, aunque hablamos de una empresa definida como estratégica. “Nos hemos de sentir cómodos con cualquier accionista”, ha subrayado, algo que no es baladí y más teniendo en cuenta el accionariado de Naturgy: Criteria Caixa (26,708%), el fondo CVC (20,7%, a través de la sociedad Rioja que comparte con Corporación Financiera Alba), el fondo GIP (20,6%, y que en un futuro pasará a manos de BlackRock, llegando este al 21,52%), el fondo IFM (15,010%) y la empresa estatal argelina de hidrocarburos Sonatrach (4,1%). Entre tanto fondo el tema del dividendo cobra aún más relevancia y el Consejo de Administración propondrá a la próxima Junta de Accionistas el reparto de un dividendo complementario de 0,40 euros, llegando así al dividendo total de 1,40 euros comprometido. Y por cierto, hablando de Argelia, aún siguen negociando el contrato de gas de 2023, la cual desde el principio se sabía que no iba a ser fácil (como no lo fue la de 2022 y que incluyó subida de precio), pero que va quizá demasiado despacio.

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Claro que a los fondos podría no bastarles con el tema del dividendo, pues decíamos que CVC había vuelto a solicitar un CEO. Por ahora, de cara a la próxima Junta de Accionistas “no hay previsto ningún cambio”, ha explicado Reynés, ni hay consejeros que cumplan mandato. Respecto a la sede social, es un tema que “no se ha hablado”, pese a las presiones de Junts para sancionar a las empresas que no volvieran a Cataluña e incluso abriéndose a la opción de dar incentivos. Y el proyecto de escisión en dos (el conocido como proyecto Géminis) que se presentó 14 días antes de que estallara la guerra de Ucrania el 24 de febrero de 2022, sigue teniendo “todo el sentido estratégico, pero no se dan las condiciones de mercado”.

En resumen, Naturgy ha obtenido unos buenos resultados en 2023 aunque la bolsa no los haya recibido con especial entusiasmo, pero el peligro corporativo continúa. En efecto, cuando el socio mayoritario posee un 27%, controla la gestión, pero se enfrenta a tres fondos (sí, todos los fondos son contoplacistas, especuladores, activistas y bastante pelmazos), el peligro subsiste.