Moeve (antes Cepsa) ha dado a conocer sus resultados de los nueve primeros meses. Se puede decir que remonta por la mejora de los márgenes de refino y el negocio de Energía (que incluye las refinerías, las estaciones de servicio, la movilidad y las energías limpias), así como por la ausencia del famoso impuestazo energético, pero su rentabilidad aún se mueve a la baja… y nota los malos resultados del negocio de Química y el abaratamiento del petróleo.
La petrolera, que está controlada en un 61,5% por el fondo soberano de Abu Dabi (Mubadala) y en un 38,5% por el fondo de inversión estadounidense Carlyle, ha visto reducirse su ebitda en bases Clean CCS (excluyendo el efecto de los extraordinarios y los inventarios) un 19%, a 1.192 millones de euros. Esto supone un descenso menor al registrado en el primer semestre, que fue del 33%. Por negocios: Energy ha aportado 976 millones (-15%); Exploración y Producción, 200 millones (-17%, teniendo en cuenta que ha vendido el 70% de dicho negocio desde 2022 al vender los activos de Abu Dabi, Colombia, Perú y Surinam,… y que ya solo les quedan los de Argelia); y Química, 138 millones (-35%).
Por su parte, el resultado neto de explotación (ebit) ha descendido un 5%, a 922 millones. El resultado neto se ha situado en 472 millones (-1%), a pesar de la cifra del tercer trimestre (148 millones) ha sido menor a la del segundo trimestre (186) y mayor a la de hace un año (79 millones). Y según las Normas Internacionales de Información Financiera (IFRS, por sus siglas en inglés), el resultado neto se ha disparado un 126%, pasando de 109 millones a 246 millones.
A pesar de que el flujo de caja operativo de Moeve ha crecido un 22%, a 1.131 millones, las inversiones se han reducido un 14%, a 757 millones hasta septiembre. De estas últimas, 255 millones (+21%) han correspondido a las acometidas en el tercer trimestre, sobre todo por los avances en la construcción de la planta de biocombustibles de segunda generación y la planta de alcohol isopropílico, ambas situadas en Huelva, así como por el despliegue de la red de cargadores eléctricos ultrarrápidos en la Península Ibérica. Menores inversiones en los nueve primeros meses del año que han influido bastante en la evolución de la deuda neta, que ha disminuido un 8%, a 2.328 millones.
El CEO de Moeve, Maarten Wetselaar, ha destacado que siguen “comprometidos con nuestra estrategia ‘Positive Motion’, con especial hincapié en el crecimiento sostenible. Nuestra decisión de asignar más del 50% de las inversiones a la transición energética refleja nuestro enfoque en la asignación de capital y nuestra firme determinación de dar prioridad a iniciativas que impulsen nuestro liderazgo en la transición energética europea. De cara al futuro, seguimos confiando en nuestra capacidad de adaptación, ejecución y creación de valor compartido a largo plazo”. Eso sí, en esta ocasión se ha mencionado mucho menos el hidrógeno verde, que se mueve entre el reflujo y la burbuja, pues Moeve se ha limitado a destacar que firmó un acuerdo con ID Energy Group para acelerar el desarrollo del biometano, tanto para la producción de hidrógeno verde como para sustituir al gas natural en operaciones industriales. Eso sí, en otras presentaciones de resultados sí aludía a su apuesta por el Valle Andaluz del Hidrógeno Verde, con ayudas públicas, por supuesto.
A la vista de los resultados de la petrolera controlada por Mubadala y Carlyle, cabe recordar que el menor precio del petróleo también ha afectado a los ingresos y beneficios de otras compañías del sector, como: Repsol, Aramco, Chevron, Exxon Mobil, Shell y TotalEnergies. Eso sí, Eni, BP y Petrobras han ganado más que hace un año y Pemex ha reducido sus pérdidas un 89%. Y ojo, porque la Agencia Internacional de la Energía (AIE) prevé que la demanda de crudo seguirá creciendo, al menos, hasta 2050.













