Continúa el pitorreo de la ‘generosidad’ sanchista... vía fondos europeos, claro está. Se puede ver en varios hechos ocurridos el pasado martes 21: el Consejo de Ministros aprobó que la SEPI diera 32 millones de euros del fondo para empresas estratégicas a Vicinay Marine, al mismo tiempo que busca volver a extender el plazo (ahora hasta 100 años) para devolver los préstamos del ICO, aunque para esto último necesita el beneplácito de Bruselas. 

El grupo vasco especializado en fabricar cadenas de amarre y accesorios para empresas de petróleo, gas, eólica marina flotante y navales se convierte así en la empresa número 24 en ser rescatada por la SEPI: en concreto con un préstamo participativo de 32 millones. Así, hasta ahora el fondo para empresas estratégicas de este holding público sólo ha repartido 2.535 millones, el 25,35% del total, pues tenía una dotación de 10.000 millones. Y si al final Bruselas da el visto bueno al rescate de Celsa, una siderúrgica catalana en pérdidas, que recibiría la ayuda más elevada hasta el momento (550 millones), el balance ascendería a 3.085 millones, el 30,85% del total de dicho fondo, entre 25 empresas.

En el entretanto, la SEPI rechaza ayudar a Abengoa, otra empresa en crisis, y su comité de empresa se encierra en la sede del holding público. Pidió 249 millones, pero la SEPI se niega a otorgárselos y le da cinco días para alegar

Al hilo de esto, conviene recordar que los rescates de la SEPI se han convertido en más de una ocasión en una socialización de pérdidas, a pesar de que su objetivo era rescatar a empresas que fueran viables antes del Covid. Dicha socialización de pérdidas se ha podido ver, por ejemplo, en los casos de Plus Ultra (que actualmente está imputada), Air Europa o Volotea, entre otras compañías, y estas dos últimas también habían recibido créditos avalados por el ICO... Ambas ayudas son préstamos, por tanto, antes o después hay que devolverlos. Ahora el Gobierno Sánchez quiere extender por tercera vez, hasta los diez años, el plazo para amortizar los préstamos avalados por el ICO... veremos si Bruselas lo permite o no. 

Por los datos que se conocen hasta ahora, parece que en el caso de Vicinay Marine no ha habido dicha socialización de pérdidas. Es un grupo familiar vizcaíno con más de 250 años de historia que es líder mundial en diseño, ingeniería y fabricación de cadenas y líneas de fondeo de alta tecnología para estructuras flotantes (offshore) para los sectores de petróleo, gas, eólico marino flotante y naval. Emplea a más de 400 personas en las cinco plantas que tiene repartidas en cuatro países (dos en España) y en un centro tecnológico. En 2019, sus ventas ascendieron a 125 millones de euros y contribuyó con 57 millones al PIB del País Vasco, pero la pandemia del Covid-19 afectó sus perspectivas de crecimiento y en 2020 tuvo una significativa reducción de ventas y resultados; y un año después, facturó 120 millones.

En el entretanto, la SEPI rechaza ayudar a Abengoa, otra empresa en crisis, y su comité de empresa se encierra en la sede del holding público. La compañía pidió 249 millones, pero la SEPI se niega a otorgárselos y le da cinco días para alegar. Y ojo, porque el plazo para adjudicar los 10.000 millones del fondo para empresas estratégicas acaba el próximo 30 de junio y el Gobierno Sánchez ya está negociando con la Comisión Europea una nueva prórroga de cuatro meses.