Mapfre Re, reaseguradora del grupo Mapfre, ha obtenido este viernes el visto bueno de la Comisión Regulatoria de Banca y Seguros de China (CBIRC) para abrir una sucursal en Pekín. Hasta ahora, la presencia de la compañía española en el país, que se remonta a los años 80, se limitaba a una oficina de representación.

La filial, que seguirá liderada por Ignacio Rodríguez Arteche, contará con un capital operativo inicial de 500 millones de yuanes, unos 72,5 millones de euros, según la aseguradora.

El paso dado por Mapfre Re es importante porque el mercado asiático es uno de los objetivos internacionales del grupo. Así, además de en China, la compañía cuenta con oficinas en Japón, Filipinas, Singapur y Malasia.

Ahora bien, el mercado chino es muy complicado para las empresas extranjeras en general y las españolas en particular. Y no es lo mismo una oficina de representación que una filial.

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Algunas empresas españolas lo han sufrido en sus propias carnes. Por ejemplo, Telepizza, DIA -que cerró en Pekín para centrarse en Shangai-, Tous… y en el sector financiero, el BBVA bajo el liderazgo de un tal Francisco González (FG). Efectivamente, su aventura china duró una década, hasta que en noviembre de 2017 vendió la participación que aún tenía de Citic Bank.

El mercado chino es gigantesco, pero es tan grande como complicado. Hablamos, además, de una dictadura comunista con un régimen económico capitalista. ¿Mapfre Re? Puede ser un buen negocio, pero no será nada fácil y, además, no dependerá únicamente de Antonio Huertas, sino de lo que quieran los chinos. Ese es el problema.

Mientras tanto, la aseguradora continúa mirando de reojo al mercado turco, sumido en una crisis profunda, con una inflación descontrolada -79,6% en julio-, un Banco Central totalmente controlado por Erdogan y una moneda en mínimos históricos. La filial turca será una de las protagonistas de los resultados del grupo de 2022, pero no para bien.