La manía de Grifols de no invertir en España le está saliendo demasiado cara. La última muestra se puede ver en que crece la oposición a un nuevo centro de investigación sobre inmunología en Andorra, que proyecta junto al Gobierno del Principado de cara a 2023, como informa Crónica Global. Y el motivo no deja de ser llamativo: preocupan “los residuos” y “potenciales fugas de virus o patógenos”, según ha señalado el conseller del grupo X’Ordino, Enric Dolsa, a dicho medio.

La elección de Andorra no es baladí y juegan a favor los beneficios fiscales y la cesión de terrenos. Ya saben que a la multinacional de hemoderivados que controla la familia catalana Grifols le gustan mucho las ventajas fiscales: trasladó su sede operativa a Irlanda en 2015, pasando a gestionar desde allí su tesorería y su negocio principal; y la familia Grifols es dueña del 31,11% del capital a través de cuatro sociedades -una con sede en España (Deria) y las tres restantes (Scranton Enterprises, Ponder Trade y Rodellar Amsterdam Holding, pero esta última podría llamarse ahora Ralledor Holding Spain según los últimos datos de la CNMV) ubicadas en Países Bajos. Pero claro, Irlanda y Países Bajos forman parte de la UE y ya saben que dentro de esta no hay paraísos fiscales...

El problema en Andorra es el primer frente para el nuevo presidente ejecutivo, Steven F. Mayer, el primero ajeno a la familia, que ha sustituido a Víctor Grifols Roura

A la multinacional de hemoderivados, partidaria de una Cataluña independiente y con grandes inversiones en EEUU y Alemania (donde compró Biotest), le afecta que tras el Covid-19, los laboratorios farmacéuticos, antaño inmaculados, empiecen a verse como peligrosos. No es su único frente, aunque sí el primero que asume el estadounidense Steven F. Mayer (62 años) como presidente ejecutivo, el primero ajeno a la familia, en sustitución de Víctor Grifols Roura (72 años). A las órdenes de Mayer han quedado, por tanto, los dos consejeros delegados (Víctor Grifols Deu y Raimon Grifols Roura, hijo y hermano de Víctor Grifols Roura, respectivamente). 

Mayer también tiene que afrontar una elevada deuda de la compañía, que aumentó aún más al tener que incluir la inyección de 840 millones de euros del fondo soberano de Singapur (GIC) y la compra de Biotest, y le obligó a cancelar el dividendo hasta 2024. A finales de septiembre, a la desesperada, la compañía se comprometió a reducir los casi 9.000 millones de deuda, pero sin decir cómo; esa fue la reacción al desplome que registró su cotización tras la rebaja del rating por parte de las agencias a bono basura.

Asimismo, Mayer debe lidiar con la presión de los fondos... y más teniendo el cuenta que el dividendo está cancelado. Capital Research and Management Company es dueño del 5,659% del capital de Grifols; BlackRock, del 3,592%; y Europacific Partners Growth Fund, del 3,033%. Además, GIC inyectó 840 millones.