Parece que pintan bastos para Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola, por varios motivos. Entre ellos, el reciente golpe de Donald Trump a la eólica marina, el ascenso de Pedro Azagra a CEO y la batalla perdida de la seguridad jurídica. Vamos por partes ante tanta marejada en plena vuelta al trabajo tras las vacaciones veraniegas de la mayoría.

Galán cumplirá 75 años el día 30 de este mes, pero, por ahora, no está recibiendo buenos regalos adelantados. Por ejemplo, desde el otro lado del océano Atlántico, pues la Administración Trump va a retirar la autorización para construir los parques eólicos marinos New England 1 y 2, en el estado de Massachusetts, según ha avanzado Bloomberg.

Un golpe menos duro que el recibido por la energética danesa Orsted, a la que la Casa Blanca ha suspendido el proyecto Revolution Wind, que estaba al 80% de su construcción. En el caso de los dos parques de Iberdrola, que iban a suponer una inversión de unos 6.000 millones de euros para alcanzar una capacidad de 1.870 megavatios (MW), se estaba en los inicios de la primera fase, pues se ha empezado a construir este año, y se preveía la puesta en marcha para 2029. Al estar en la fase inicial, se entiende mejor que la cotización de la eléctrica con sede en Bilbao sólo haya descendido un 0,4%, frente a un Ibex 35 en verde (+0,87%), y además mantiene su capitalización bursátil por encima de los 105.000 millones de euros y sigue siendo la tercera compañía más capitalizada del selectivo español, tras Inditex y Banco Santander.

En el caso de Orsted, para suspender el proyecto Revolution Wind se aludieron a preocupaciones de seguridad nacional, según Reuters. Claro que no ha sido el primer parque eólico marino que ha parado Trump en su segundo mandato, pues lo hizo el pasado abril con uno de Equinor, aunque la decisión se revocó un mes más tarde. Recuerden que nada más volver a la Casa Blanca, Trump suspendió los nuevos contratos de arrendamiento de eólica marina, llegó a decir que era: “la energía más cara, sólo funciona con enormes subsidios gubernamentales, que ya no pagaremos” y retiró, otra vez, a EEUU del Acuerdo de París. Hace poco más de un mes, al viajar a Escocia para reunirse con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, insistió en que los molinos de viento en el mar “son un vergüenza, muy destructivos y malos para la gente”, con ellos han aumentado las muertes de ballenas, son “monstruos feos” y han destrozado el paisaje europeo. Por si esto no bastara, fue aún más directo al señalar que iba a “ir a uno de los mejores campos de golf del mundo, veo el paisaje y pienso: qué vergüenza”, también señaló “veis estos molinos de viento por todas partes, arruinando vuestros hermosos campos y valles y matando a vuestros pájaros, y si están metidos en el océano, arruinando vuestros océanos” y subrayó que “es la peor forma de energía, la más cara, los molinos de viento no deberían estar permitidos”. 

 

Por tanto, no hay dudas de que a Trump no le gusta la eólica marina... Y sin dejar EEUU, uno de los grandes destinos de inversión de la eléctrica, desde su filial en dicho país, Avangrid, llegó el nuevo CEO, Pedro Azagra, a finales de junio... y ya ha generado mal ambiente. Este licenciado en Derecho y Administración de Empresas es bastante intocable porque se encarga de las cuestiones financieras personales de Galán. No hay que olvidar que Azagra no tenía buena relación con tres hombres clave de la compañía en distintas épocas y que tenían la máxima confianza de Galán: José Sáinz Armada, actual director financiero; el economista Fernando Becker (quien trabajó en Iberdrola desde 1999 y hasta 2018, llegando a ser director financiero y director corporativo) y Julián Martínez-Simancas, abogado del Estado que dejó la secretaría general del Consejo y la responsabilidad del departamento jurídico en la junta de accionistas celebrada en junio de 2021, pero se quedó como asesor externo de Galán y en enero de 2024 fichó por la consultora PwC.

Galán cumplirá 75 años el día 30, pero aún no se sabe quién le sucederá ni cuándo. Eso sí, cabe recordar que él solía decir que se llamaría Smith y sería ingeniero, lo que sacaría de la lista de candidatos a muchos. En el entretanto, se va postulando cada vez más su segundo hijo y el mayor de los varones, Ignacio Sánchez-Galán García-Tabernero, director de Compras y de Servicios Globales de Iberdrola, aunque no es ingeniero, sino licenciado en Administración y Dirección de Empresas..., así como uno de sus yernos, en concreto, el marido de su hija Inmaculada, David Mesonero, que es director de Desarrollo Corporativo de Iberdrola desde el 1 de julio de 2022. Eso sí, este último, también licenciado en Administración y Dirección de Empresas, suena más como posible sucesor de José Sáinz Armada, que ya ha cumplido 66 años y que en 2024 accedió a retrasar un año su jubilación, pero ahora ya quiere irse. 

En cualquier caso, el mercado no admite dinastías.

Claro que en el sueño de Galán de crear una ‘dinastía’ en la eléctrica, si los fondos de inversión presentes en el accionariado le dejan, habría algo de luz: el pequeño de sus hijos, Pablo, es ingeniero electromecánico, pero hoy es demasiado joven (tiene unos 27 años) y está poco curtido en la eléctrica. Hasta ahora, ha trabajado como interino de verano en Iberdrola (un mes), ingeniero interino de verano en Antolin (dos meses) y en Renault (dos meses); consultor de Sostenibilidad en Changing Room (nueve meses); consultor de la cadena de suministro del gigante de lujo francés Louis Vuitton (nueve meses); y desde marzo de 2023 es consultor asociado en Strategy& -que forma parte de la auditora PwC... y esta última, curiosamente, fue la que hizo el forensic exculpando a la eléctrica en el caso Villarejo-. Y ya que se ha citado a tres de los cuatro hijos de Galán, hay que añadir a Teresa, licenciada en ciencias en comercio internacional que se casó en 2018 con Enrique Moral y que recientemente ha sido elegida directora de Marketing y Comunicación de Multiópticas, tras casi 11 años trabajando en la firma cosmética Estée Lauder y antes haberlo hecho en Rothschild, Amber Capital, Thesan Capital, Kellogg y SC Johnson.

Y por último, está la batalla perdida de la seguridad jurídica. En la Junta de Accionistas de Iberdrola, celebrada el pasado 30 de mayo, Galán remarcó “el crecimiento futuro basado en grandes inversiones fundamentalmente en Reino Unido y EEUU”, minutos después de haber reclamado en su discurso “políticas energéticas estables y claras, marcos regulatorios que transmitan seguridad jurídica para las inversiones en transformación”. Ahora, aprovechando el encuentro entre Pedro Sánchez y el primer ministro británico, Keir Starmer, en el número 10 de Downing Street y la posterior cita con empresarios, Galán ha alabado la estabilidad de Reino Unido ante el presidente del Gobierno de España... y justo cuando en EEUU (que se veía como el país de la seguridad jurídica) ha recibido un revés en eólica marina. Eso sí, no hay que olvidar que la seguridad jurídica es precisamente lo que han alegado un gran número de fondos de inversión en sus arbitrajes contra nuestro país por el recorte de las generosísimas primas a las renovables que había dado el socialista José Luis Rodríguez Zapatero (a través de los ministros José Montilla y Joan Clos) que empezó a hacer Miguel Sebastián al ver el desastre y a quien le siguió el pepero José Manuel Soria, que además les subió los impuestos. Y es que por seguridad jurícicaa no se puede entenerder que la ley no puede cambiar, señor Galán.  

Y ojo, los resultados del primer semestre fueron buenos, aunque la deuda se mantiene en un nivel elevado. Eso sí, las cifras pasaron a un segundo plano con el lanzamiento de una ampliación de capital...