Este viernes se ha celebrado la Junta de Accionistas de Repsol, donde se ha asistido a una nueva lección en materia de transición energética… que deberían escuchar, sobre todo, algunas políticas muy verdes, como: la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; la vicepresidenta europea (y ahora más comedida), TeresaRibera; y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen. Y es que el presidente no ejecutivo de Repsol, AntonioBrufau; y el CEO, JosuJonImaz, han insistido en una transición energética pragmática, con neutralidad tecnológica, “menos ideología y más tecnología”; y en defender el petróleo, el gas y el refino.

El presidente no ejecutivo de la compañía multienergética ha referido que “el refino es crítico para descarbonizar la sociedad”, al proporcionar el 95% de los productos para la movilidad y el 50% de las materias primas químicas. “Si no hubiera refino, no habría química en Europa”, donde se han cerrado 100 refinerías, convirtiéndose en “importador neto de productos para movilidad y química”, algo en lo que España es una excepción por sus refinerías. Además, “sin refino desaparecerían muchas cosas de los quirófanos”, como ya remarcó hace años: productos, batas, colchonetas, mobiliario, generadores de emergencia que se alimentan con diésel (y tampoco habría velas para suplirlos ). “Petróleo y gas forman, lo queramos o no lo queramos asumir, parte de nuestras vidas”, ha insistido, pues junto al carbón representan el 80% de la energía primaria que consume el planeta.

En Repsol se entiende “la importancia del petróleo y gas, energías convencionales que han hecho grande a esta casa” y también se apuesta por el refino, así como por “el esfuerzo en ser más eficientes y tener menos intensidad de carbono”, la química reciclable, las energías renovables y las moléculas verdes.

“El refino es crítico para descarbonizar la sociedad”, subraya Brufau.“Si no hubiera refino, no habría química en Europa” y “sin refino desaparecerían muchas cosas de los quirófanos”, como ya remarcó hace años

Brufau ha insistido en la apuesta por una transición energética que en Repsol y en otras empresas pasa por “menos ideología y más tecnología, pragmatismo, realismo y racionalidad”, y ahora falta que las autoridades también lo asuman y lo lleven a la práctica. También ha pedido no prejuzgar y dejar que las distintas tecnologías compitan, por ejemplo, en movilidad para “no cargarnos una industria puntera como la del motor de combustión interna” y las autoridades podrían ayudar porque los vehículos que usan biocombustibles “es evidente que tienen etiqueta cero y no deberían pagar el impuesto sobre hidrocarburos al ser neutros en emisiones”.

Por su parte, Imaz ha señalado que en los resultados (de 2024 y del primer trimestre) y en la cotización de Repsol se han notado los peores márgenes del refino (como en otras compañías del sector) que el precio del gas, pero han seguido mejorando y cumpliendo con la estrategia. Esta última se dirige en exploración y producción por priorizar el valor sobre la producción, apostando por la de mayor margen y menos emisiones; así como el negocio industrial; el de Cliente (donde ya cuentan con 9,6 millones de clientes digitales y más de 2,6 millones de clientes de luz y gas, a los que se suman los de sus más de 4.500 estaciones de servicio); y la generación baja en carbona sumando alianzas y socios.

Imaz no se ha olvidado de referir que las Cortes tumbaron la extensión del impuestazo energético. De hecho, su fin hizo que Repsol reactivara sus inversiones en España: en concreto, empezando por más de 800 millones de euros para la Ecoplanta de Tarragona. Un proyecto que está en marcha y al que se han referido tanto Brufau como Imaz. El CEO ha señalado que será la primera planta europea de metanol verde y reciclable, que se obtendrá a partir de la revalorización de residuos urbanos mediante un proceso de gasificación y otro químico, y que servirá para reducir emisiones del transporte y como materia prima para productos químicos. “Conocen nuestra trayectoria y saben que siempre hemos apostado por las industrias y un ejemplo de ello es la ecoplanta de Tarragona”, ha añadido.

Una vez más, como se vio, por ejemplo, en la Junta del año pasado, Imaz ha vuelto a dejar sin argumentos a los ecologistas y con mucho respeto desde ambas partes (al menos, más que hace un año). Desde la Fundación Finanzas Éticas, se ha aludido al “dilema histórico” que tiene Repsol al seguir apostando, pero Imaz ha respondido: “Discrepo sobre la decadencia del petróleo y gas, la demanda sigue subiendo, y muchos estudios apuntan que seguirá haciéndolo en las próximas décadas”. Y Ximo Herrero, un agricultor valenciano afectado por la trágica DANA que ha acudido respaldado por la organización ecologista Greenpeace, ha preguntado: “¿cuántos de sus beneficios se destinarán a pagar el cambio climático que provocan?”. La contestación de Imaz ha sido de solidaridad con los afectados por la DANA, con los que han colaborado, y ha subrayado que “su visión posiblemente nace de ver las cosas desde las sociedades occidentales acomodadas”, aludiendo a las malas condiciones en las que se cocina en los países desfavorecidos, y ha insistido en apostar por una “transición inteligente no ideologizada”.

Sobre la visión de algunos ecologistas, Imaz cree que “posiblemente nace de ver las cosas desde las sociedades occidentales acomodadas” e insiste en apostar por una “transición inteligente no ideologizada”

Entre el resto de preguntas, Imaz ha tenido oportunidad de informar sobre la situación en Venezuela y en Libia. En el país que gobierna el régimen de Nicolás Maduro, la licencia que tenían ha expirado hace dos días y era importante al producir el gas que sostiene su sistema eléctrico. Se mantiene el diálogo con EEUU para “buscar mecanismos con respeto a todos los marcos legales”. Y en el caso de Libia, “un país amigo, que lleva 13-14 años difíciles y siempre han sido respetuosos con los contratos y con la compañía”, y por el que seguirán apostando porque “tiene buenos activos geológicos y queremos formar parte de su estabilización y normalización”, por lo que al aumento de producción ya registrado hasta 37.000 barriles, la previsión es sumar otros 15.000 este año.

Y al ser preguntado por un accionista por el hecho de que en los discursos no se había hablado mucho de la nuclear, Imaz ha sido transparente. “Tengo un criterio muy claro a nivel personal y como compañía, apostando por una visión pragmática de la energía: usar todas las energías disponibles”, ha afirmado. “Independientemente de que no tenemos activos, son parte de la solución”, ha añadido... y ha mencionado la evolución tecnológica que tienen con las centrales “minis, que no son tan minis” (es decir, los pequeños reactores modulares -también conocidos como SMR-). 

Imaz sobre Libia: “un país amigo, que lleva 13-14 años difíciles y siempre han sido respetuosos con los contratos y con la compañía”, y por el que seguirán apostando porque “tiene buenos activos geológicos y queremos formar parte de su estabilización y normalización”

Claro que en la Junta no sólo ha habido una lección sobre transición energética, sino también económica. Brufau ha recordado la emergencia industrial en la Unión Europea de la que se empezó a hablar hace un año y el informe Draghi conocido hace unos meses que insiste en la competividad y el reto existencial de Europa con sus valores en cuestión “si no somos capaces de crecer y ser más productivos”, lo que requiere de cambios radicales, porque en los últimos años “Europa favoreció la marcha de empresas a China y a costes más baratos, y delegó su defensa a EEUU y ahora tiene que construir un ecosistema” de este ámbito. Por ello, ha propuesto cinco cosas a mejorar, afrontando: la pérdida de peso económico, la pérdida de tejido industrial, el gap tecnológico, el replanteamiento de la composición del mix energético y el coste de la energía. Brufau taambién considera que se debe “regular pensando que competitividad, transición y descarbonización son conceptos inseparables”, apostando por neutralidad tecnológica, menos regulación y el famoso trilema energético “con tres vértices igual de importantes” (seguridad de suministro, sostenibilidad y precio asequible). Además, un mes después del apagón masivo eléctrico que vivió la Península Ibérica, Brufau no se ha olvidado de pedir “la extensión de las renovables, las inversiones en las redes transfronterizas y la interna para unir mercado y generación, pero como son energías intermitentes que necesitan almacenamiento (las baterías aún tienen un coste caro y la tecnología es aún incipiente), se debe apostar por centrales de bombeo o generación de base (nuclear o ciclos), es absolutamente necesario para garantizar el suministro”. 

Todos los acuerdos propuestos (incluido el aumento del dividendo) han sido aprobados. Y por tanto, también las reelecciones como consejeros independientes de Aurora Catá, Isabel Torremocha y Mariano Marzo

Y entre las anécdotas, a las afueras del Palacio Municipal de Congresos del Campo de las Naciones de Madrid, donde se ha celebrado la Junta, no sólo se ha manifestado la verde y antinuclear Greenpeace con una pancarta, sino el sindicato CCOO

CCOO se manifiesta a las afueras de la Junta de Accionistas de Repsol / Foto: Pablo Moreno