Desde que el 24 de febrero comenzó la invasión rusa a Ucrania y con ello, la guerra y las sanciones a Rusia, se ha vivido un gran terremoto social y económico por las consecuencias que tiene para múltiples países, personas, empresas y sectores. Entre ellos, los sectores energético y alimentario, pues Rusia aporta el 40% del gas que se consume en Europa (a España sólo mandó un 5,8% en enero) y junto a Ucrania destacan como suministradores de trigo blando y de plantas oleaginosas (maíz, soja, girasol...). Y por esto último, Ebro Foods no se ve afectado en lo que a sus aprovisionamientos se refiere, pues Francia, Italia, España, Canadá y EEUU son sus proveedores de trigo duro.

Vayamos por partes. El trigo blando es el ideal para obtener la harina blanca, la cual se usa como materia prima para elaborar panes, tortas y pasteles, entre otros productos. Mientras que el trigo duro es muy rico en proteínas y es el más utilizado para producir pastas secas de mayor calidad. Precisamente, este último es la materia prima de una de las dos patas del negocio de Ebro Foods, que es el líder mundial en arroz y segundo fabricante de pasta.

La inflación de costes fue uno de los retos a los que Ebro Foods tuvo que hacer frente en 2021

Cuando este grupo español que preside Antonio Hernández Callejas dio a conocer sus resultados de 2021 la semana pasada, ya aludió a que los precios estaban bastante tensionados antes del conflicto. De hecho, la inflación de costes fue uno de los retos a los que tuvo que hacer frente en 2021: del trigo duro en Europa (de 280 euros a 540 por tonelada), de los fletes marítimos (se octuplicaron, situándose en 8.000 dólares por contenedor), de los energéticos (se han más que triplicado en los últimos meses) y de los envases y las materias primas auxiliares. En concreto, señaló un aumento de costes de 143 millones de euros respecto a 2019 y de 83 millones frente a 2020.

Ahora el incremento de los precios en el trigo blando y las oleaginosas no afecta a Ebro, ni tampoco el que pueda tener el trigo duro, pues ya está aprovisionada tras haber recogido las últimas cosechas: la europea fue aceptable, mientras la norteamericana se redujo a la mitad, provocando el encarecimiento del trigo duro europeo, que han tratado de compensar subiendo tarifas. Y en arroz, las últimas cosechas fueron débiles, por lo que no se han abaratado precios de origen, y sobre todo se han encarecido los aromáticos por la energía, el transporte y los envases, lo que también ha derivado en una subida de tarifas que ha sido distinta en función del país.

El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha señalado que“las superficies en barbecho o de interés ecológico creo que en este momento tienen que estar orientadas a la producción alimentaria”

Al conflicto en Ucrania hay que sumar otros acontecimientos: el 8-M la Unión Europea anunció que reducirá las importaciones de gas ruso en dos tercios este año, Reino Unido y EEUU dejarán de comprar gas y petróleo ruso, Rusia ha prohibido exportar productos y materias primas, y Ucrania ha prohibido exportar cereales, azúcar, sal y carne. Ante este contexto es muy probable que los precios de la energía y del transporte se vean afectados y continúen con su escalada, algo que sí podría notar Ebro Foods. 

El pasado martes, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha reclamado que se aumenten las tierras de cultivo para reducir la dependencia de otros países: “Las superficies en barbecho o de interés ecológico creo que en este momento tienen que estar orientadas a la producción alimentaria”. Eso sí, en España habría que tener en cuenta la falta de lluvia, porque enero ha sido el mes más seco del siglo XXI y el séptimo desde que hay registros.