Ebro Foods no se empacha, porque pese a superar Ebitda y ventas prepandemia en 2021, el beneficio neto se ha disparado un 24%... por las plusvalías obtenidas al vender algunos activos. Además, los ingresos caen menos que en los nueve primeros meses, respecto a 2020, pero es importante que vuelvan a remontar a la senda de crecimiento.

El líder mundial en arroz y segundo fabricante de pasta (tras el italiano Barilla) ha tenido un 2021 lleno de retos (Covid, fenómenos meteorológicos -borrasca Filomena y huracán Nicolas, entre otros-, sequía en Andalucía e inflación de costes -trigo duro, fletes marítimos, energía, envases y materias primas auxiliares-). Y de cara a este año lo prevé aún más difícil porque seguirá aumentando la inflación de costes y por las sequías.

Ebro Foods ha ganado 238,63 millones de euros en 2021, lo que supone un 24% más que el año anterior y un 29,7% más que hace dos años, principalmente por las plusvalías netas de 60,7 millones obtenidas al vender activos. El Ebitda ha ascendido a 353,5 millones, un 2,9% inferior al de 2020, pero superior en un 7% al preCovid: de estos, 231,65 millones (-2,7% y +8,9%, respectivamente) han sido aportados por la división de arroz (tiene marcas como SOS, Fallera o Brillante) y 136,5 millones (-2,8% y +5,3%) por la de pasta (con marcas como Garofalo). 

Las ventas se han situado en 2.877 millones, sólo un 0,7% menores a las de 2020 y un porcentaje mucho mejor que el registrado en los nueve primeros meses (-3,5%), además han superado en un 7% las de 2019: arroz aporta unos 1.810 millones y pasta, unos 1.122 millones

Por su parte, las ventas de Ebro Foods se han situado en 2.877 millones, sólo un 0,7% menores a las de hace un año y un porcentaje mucho mejor que el registrado en los nueve primeros meses (-3,5%), además han superado en un 7% las obtenidas en 2019 (2.510 millones). De la cifra total, arroz ha aportado unas ventas por valor de 1.810,57 millones (un 2% menos que el año anterior, pero un 6,6% más respecto al año preCovid) y pasta, 1.122,24 millones (-1% y +6,9%, respectivamente. Además, ha logrado reducir la deuda neta a 504,723 millones, lo que supone casi un 47% menos que la de hace un año y un 29% inferior a la de 2019, gracias, en gran parte, a las desinversiones del negocio de pasta seca en Norteamérica y de la marca francesa Panzani (esta última se estudiaba cuando se celebró la Junta a finales de junio y se confirmó su venta al fondo CVC a principios de este año), que han supuesto unos ingresos de 753 millones.

Ebro Foods tiene como principal accionista a la familia Hernández, dueña del 15,922% repartido a partes iguales (del 7,961%) entre las sociedades Hercalianz Investing Group y Grupo Tradifin. Les sigue Corporación Financiera Alba, el vehículo de inversión de los March, con el 14,004%; Damm, con un 11,686%; y la SEPI -que acaba de nombrar consejero independiente a Marc Murtra, presidente de Indra-, con un 10,36%; entre otros. Claro que no sólo ha optado por desinversiones, sino también por algunas compras con valor estratégico: el pasado viernes, anunció la compra de activos de la compañía estadounidense InHarvest por unos 43 millones: los analistas del Banco Sabadell consideran que tiene buen encaje estratégico, porque InHarvest está enfocada en productos de mayor valor añadido, el precio es razonable e incluye dos plantas en California donde Ebro no tenía aún presencia industrial.