Fridman negocia con la banca una quita de deuda en DIA del 35%
Los ejecutivos de LetteOne ya están en Madrid para negociar con los bancos acreedores de DIA una alternativa a la ampliación de capital de 600 millones, según ha podido saber Hispanidad. Mikhail Fridman habría colocado al frente de ese equipo, en concreto, a su mano derecha, Stephan DuCharme, exconsejero de la cadena y primer espada del fondo en el negocio de retail (L1 Retail).
El objetivo, según las mismas fuentes, podría ser el cierre de un acuerdo con los bancos, a espaldas del Consejo de Administración, que incluiría una quita de deuda cercana al 35%, para dejarla en torno a 1.000 millones de euros. Paralelamente, LetterOne tomaría el control a través de OPA voluntaria a un precio no superior a 0,70 euros por acción.
El magnate ruso quiere dejar la deuda DIA, tras una quita, en 1.000 millones. Le asesoran PJT y Linklaters
La participación de fondo, añaden las fuentes, subiría así del 29% actual, por el que es primer accionista, a más del 65%, dejando un porcentaje en manos de los bancos de entre el 25 y 30%. Sería el modo de compensarles por la quita de deuda mencionada.
Una de cal y otra de arena, por tanto, si esa operación se lleva a la práctica, que salvaría a los bancos, posiblemente, del susto mayor de convertirse en los principales accionistas de DIA, si el grupo entra en concurso de acreedores por el fracaso en la ampliación de capital.
Hispanidad ha contactado con DIA, que no tiene una respuesta y declina cualquier comentario sobre los contactos entre LetterOne y los bancos, del mismo modo que ha intentado contactar, sin éxito, con el fondo.
LetterOne tomaría el control con una OPA voluntaria a un precio por acción no superior a 0,70 euros
Es, en fin, el extremo indeseable -sobre todo para el Santander- si los bancos se hicieran finalmente con una cadena que tiene en plantilla 40.000 trabajadores. Una realidad que chocaría, en cualquier caso, con su deseo de dejar atrás los activos con riesgo o no vinculados a la actividad bancaria (igual a provisiones por exigencias de recursos propios).
Hay que tener en cuenta también que el sector de alimentación está en un proceso de reestructuración, con despidos masivos y cambios en la estructura. Es el caso, por ejemplo, del grupo británico Tesco -uno de los socios de L1 Retail en la cadena de retail Holland & Barret-, que ha añadido otro ajuste de 8.000 empleos al de 2017, en el que despidió a 4.500. Quiere instalar mostradores y poner áreas de vending, en concreto, para mejorar sus márgenes.
De momento, el único interesado en quedarse con DIA parece ser Fridman, aunque aspiraría a limitar su desembolso para tomar el control. Ese extremo dependería, en cualquier caso, de la horquilla de precios por acción en una oferta voluntaria, acogiéndose al criterio del artículo 8.f del Real Decreto 1066/2007, y teniendo en cuenta la cotización actual de la cadena, en 0,41 euros.
La banca no quiere ser accionista de un grupo en concurso de acreedores con 40.000 empleados
El desembolso oscilaría, en concreto, entre 165 y 220 millones, con una referencia en el precio por acción de entre 0,70 y 1 euro, cuando la ampliación de capital de 600 millones supondría a LetterOne una aportación de 180; es decir, más cara.
Tal como puede estar planteada esa operación, por las exigencias bancarias y que propondría el Consejo de Administración a los accionistas de DIA, según ha podido saber también Hispanidad, se emitirían 4 acciones nuevas por cada 1 actual.
Supondría, en concreto, multiplicar por 5 las acciones en circulación actuales. Sobre ese cálculo, la participación de LeterOne quedaría por debajo del 6% y tendría un efecto de dilución del 80% en el valor para los actuales accionistas.
Los bonos de la cadena cotizan con un descuento de entre el 25% y el 45%, equivalente a la quita
Fridman ha rechazado abiertamente hasta ahora la opción de esa ampliación, al entender, entre otras razones, que inyectaría capital para un modelo de negocio en DIA que no comparte, además de que contribuiría a sostener a un equipo directivo en el que no confía. Es más, le culpa de la crisis de la DIA.
El magnate ruso tendría opciones de hacerse fuerte ante la banca para negociar una quita, debido al precio al que cotizan los bonos, con un descuento de entre el 25% y el 45%. Plantearía los términos de la quita, por tanto, en el mismo el descuento al que cotizan los bonos. No obstante, todo depende de que la operación se lleve a la práctica.
La ampliación de 600 millones implica una emisión de 4 acciones nuevas por 1 actual, con una dilución del 80%, con Fridman por debajo del 6%
La quita de deuda, en ese balance, se acoplaría paradójicamente al propio interés de los bancos: rebajaría la incertidumbre de cobro. Ojo, sabiendo también que DIA genera dinero con su actividad: no es un negocio ruinoso; al contrario, tiene proyección. Eso sí, puede correr el riesgo, en paralelo, de que apareciera un competidor que quiera lo mismo que Fridman y ofreciera mejores condiciones financieras.
LetterOne está asesorado en las negociaciones con por el banco de inversión PJT Partners en la parte financiera y por el bufete Linklaters en la parte legal. Linklaters, del que formó parte el actual presidente de la CNMV, Sebastián Albella, ya asesoró a LetterOne en la adquisición, por 5.100 millones de euros, de la división de petróleo y gas de la energética alemana RWE.