
Estamos en una crisis mundial del automóvil, donde se ha moderado tanto la velocidad de la electrificación como muchos planes de los grupos automovilísticos,… y la Unión Europea tiene previsto revisar el veto al motor de combustión que había fijado para 2035. En este contexto, SEAT y su marca premium -Cupra- están de celebración porque ya pueden “producir coches 100% eléctricos Made in Spain” en la planta de Martorell (Barcelona), después de inaugurar su planta de ensamblaje de baterías… la cual recibió ayudas públicas, en concreto, 85 millones de euros del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE VEC), según ha referido el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu.
Meses atrás, SEAT conmemoró su 75 aniversario y ahora afronta “un punto de inflexión” en su historia, según ha señalado su CEO, Markus Haupt, pues “vemos como nuestra ambición se convierte en una realidad” y producirán coches en España que “harán la movilidad eléctrica accesible en toda Europa”. Y lo empezarán a hacer con la producción en serie del Cupra Raval (que tendrá un precio a partir de 26.000 euros) y del Volkswagen ID. Polo a partir de 2026. “Martorell es ahora el epicentro de la movilidad del futuro. Estamos orgullosos de liderar el proyecto del coche eléctrico urbano para el Brand Group Core del Grupo Volkswagen (la división que agrupa a las marcas de volumen -Volkswagen, Skoda, SEAT&Cupra y Volkswagen Vehículos Comerciales-) y producir dos de los modelos que cambiarán las reglas del juego en la electrificación”, ha explicado Haupt.
“Hace cuatro años hicimos una inversión histórica para convertir España en una ubicación clave y referente europeo para la electromovilidad”, ha destacado Thomas Schäfer, presidente del Consejo de Administración de SEAT y Cupra, miembro del Comité Ejecutivo del Grupo Volkswagen, de la división Brand Group Core y CEO de la marca Volkswagen. “Hoy, con la apertura de esta planta de ensamblaje de sistemas de baterías en Martorell, iniciamos un nuevo capítulo para el Grupo Volkswagen, para España y para Europa”, ha añadido. A la inauguración de la planta de ensamblaje de sistemas de baterías también ha acudido el presidente de la Generalitat de Cataluña, el socialista Salvador Illa. Con este paso, la filial española, que no es ajena a la crisis mundial del automóvil (de hecho, registró pérdidas operativas en el tercer trimestre), ha entrado en la recta final de la transformación que inició en 2020. Dentro de este proceso, junto al grupo automovilístico alemán al que pertenece y sus socios, ha invertido 10.000 millones en nuestro país, incluyendo la gigafábrica de baterías que se está levantando en Sagunto (Valencia) -que abrirá en otoño de 2026-, y de estos 3.000 millones se han destinado a Martorell para consolidarla como una fábrica flexible capaz de producir modelos 100% eléctricos, híbridos y de combustión eficiente para distintas marcas... y con la vista puesta en alcanzar una capacidad máxima de 600.000 unidades al año.
Claro que sólo ha habido inversiones... sino también ayudas públicas. En el caso de la planta de sistemas de baterías inaugurada en Martorell, se han recibido 85 millones del PERTE VEC (que incluye una línea para baterías y otra para la cadena de valor industrial). De esta cifra, 47 millones se le adjudicaron en forma de ayudas no reembolsables para la implantar una nueva línea de ensamblaje de baterías, en septiembre de 2023, por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo que entonces dirigía Héctor Gómez, quien dos meses después cedería el cargo a Jordi Hereu, ya sólo con las carteras de Industria y Turismo. Este último destacó el pasado verano que la gigafactoría de Sagunto ya había recibido más de 260 millones de euros del PERTE VEC.
En paralelo, cabe recordar que el Gobierno ha señalado que quiere “pisar el acelerador del coche eléctrico” y anunció 400 millones de ayudas a la compra y para puntos de recarga, enmarcado en el Plan España Auto 2030. Entre las reacciones, las asociaciones AEVECAR, AICE, APPA Biocarburantes, ATliq, Bio-E, CETM, CODIGASOIL, CONFEBUS y UPI consideran que el Plan es un paso significativo para descarbonizar el transporte desde una colaboración público-privada reforzada, pero reclama que se incluyan todas las soluciones disponibles, como los combustibles renovables, sin contraponer unas tecnologías sobre otras, y tal y como están señalando cada vez más voces en la UE, en línea con la tendencia para poder fomentar la competitividad y mantener la industria y el empleo. Desde la Asociación de la Industria del Combustible de España (AICE) no sólo se ha señalado el mensaje de dichas asociaciones, sino que se ha recordado que España puede liderar la producción europea de combustibles renovables, porque su sistema de refino es el más flexible y competitivo de la UE.
Por su parte, la asociación de Combustibles Renovables y Economía Circular en España para una Movilidad Sostenible (CRECEMOS) considera que el Plan España Auto 2030 es incompleto y requiere un enfoque más equilibrado que incluya todas las alternativas de movilidad sostenible. Asismismo, ha lamentado que las medidas se hayan centrado exclusivamente en los vehículos eléctricos y ha advertido del riesgo de concentrar todas las medidas en una única tecnología, ya que podría incrementar la vulnerabilidad del sector, reducir su capacidad de adaptación a escenarios futuros y comprometer la competitividad de la industria.
Un mensaje de confianza para el sector de la automoción y para la ciudadanía:
— Jordi Hereu (@jordihereub) December 10, 2025
➩España se consolida como segundo fabricante europeo de automóviles
➩El impulso de la electrificación se nota
➩Estamos garantizando el futuro de esta gran industria
🏛Hoy, en el @Congreso_Es pic.twitter.com/2ZxgF29tiU












