Día importante para la pieza 17 del ‘caso Villarejo’, es decir, la que afecta a Iberdrola. En esta ocasión, porque declaraba como imputado Ignacio S. Galán, presidente y CEO de la eléctrica, quien ante el juez Manuel García-Castellón ha insistido en que no espió a Florentino Pérez, sino que fue el presidente de ACS el que le espió a él.

Todo esto un día después de que Galán cambiara de tercio y volviera a acusar a ¡Oh capitán, mi capitán!: fuentes de la eléctrica refirieron que se trataba de “una operación en marcha para desestabilizar a la compañía”. Y todo esto, mientras los fondos, sobre todo BlackRock (segundo accionista de la eléctrica) ha elevado la presión para que se nombre a un CEO sí o sí.

Galán, Martínez Córcoles, Orbegozo y Becker están imputados desde el pasado junio por delito continuado de cohecho activo, delito contra la intimidad y falsedad en documento mercantil

La comparecencia judicial de Galán ha durado dos horas y media, ha respondido a todas las preguntas, y se ha producido después de las de otros tres exdirectivos imputados: el expresidente de Iberdrola España, Fernando Becker; y las que hubo ayer (la del ex director general de negocios y actual consejero externo, Francisco Martínez Córcoles, y la del ex jefe del Gabinete de Presidencia, Rafael Orbegozo). Todos ellos están imputados desde el pasado junio por delito continuado de cohecho activo, delito contra la intimidad y falsedad en documento mercantil.

Precisamente, a la defensa de Galán le han sorprendido las palabras del magistrado García-Castellón a Orbegozo en una de sus preguntas: “Como consecuencia de la actuación de CENYT en relación con Ustedes se producen actos gravísimos en relación con Florentino, y es por lo que estamos aquí fundamentalmente… Temas de invasión de la intimidad”. ¿Por qué el juez ha defendido al presidente de ACS? Puede que debido a que esté bastante harto y cabreado del pulso que le ha echado Galán desde que fuera imputado el pasado junio. Galán ha señado que no conocía CENYT (una de las empresas de Villarejo), que este último no hubiera permitido ningún espionaje porque a él también le espiaban, y que no encargó ni ordenó nada. Por tanto, también se ha desvinculado de los contratos con Villarejo, al igual que hicieron Martínez Córcoles y Orbegozo, y además, le ha echado la responsabilidad al ex jefe de Seguridad de la eléctrica, Antonio Asenjo, que tenía “autonomía total” para dichos encargos, los cuales nunca comunicó a sus superiores y que ha calificado incluso de fraudulentos, si como señalan los investigadores, se escondieron bajo facturas presuntamente falsas destinadas a Casesa y de las que ha informado El Confidencial, señalando que la comisión delegada de la eléctrica validó a posteriori dichas facturas. Al hilo de esto, en Iberdrola estudian querellarse contra las personas y medios que han usado material robado, que encima consideran manipulado. 

En Iberdrola estudian querellarse contra las personas y medios que han usado material robado, que encima consideran manipulado

Claro que en todo este asunto, conviene destacar que la guerra abierta entre Galán y Pérez viene de lejos. Todo empezó cuando el primero le pidió ayuda al segundo para defenderse de Acciona (sus relaciones con los Entrecanales eran malas desde su etapa en Airtel). En ese momento, se veía la participación de ACS en la eléctrica como amistosa y financiera, pero una vez que pasó el peligro, Galán consideró que la entrada de Iberdrola era hostil y empezó la guerra… y entró en juego también Villarejo.

Recuerden que ACS intentó hacerse con Iberdrola, e incluso tenía planes para fusionarla con Unión Fenosa Gas (de la que controlaba el 45,3% y que en 2009 vendió a Gas Natural, pasando a llamarse Gas Natural Fenosa -actual Naturgy-). Sin embargo, Galán lo evitó entre 2006 y 2012, a pesar de que la constructora llegó a invertir 8.500 millones de euros para hacerse con el 20% del capital de la eléctrica. De esta forma, es la única batalla financiera que ha perdido ¡Oh capitán, mi capitán!, que al final se retiró del accionariado de Iberdrola. Una guerra entre dos espadas del Ibex que se ha acrecentado en los últimos meses por la vía la vía judicial y no sólo por el ‘caso Villarejo’: Iberdrola ya lleva dos demandas contra ACS -una incluye a ¡Oh capitán, mi capitán!-, por ninguna de la constructora.

Paralelamente, la eléctrica ha sacado pecho de lo bien que gestiona Galán el negocio. Si ayer presumían de un gran triunfo en la mayor subasta de eólica marina al hacerse con 7.000 megavatios en Reino Unido, este martes, han subrayado la contratación de más de 5.600 personas en el último año, rondando ya una plantilla total cercana a los 40.000 profesionales, y la firma de un acuerdo con Siemens Gamesa para instalar las primeras turbinas de la plataforma 5.X, las más potentes en eólica terrestre del mundo, en Burgos (España).