Arabia Saudí y Rusia fastidian aún más a Occidente, porque, como bien saben, tienen la sartén por el mango en el tema del petróleo. Y es que el precio del barril de Brent (de referencia en Europa) continúa subiendo y llega a sobrepasar los 90 dólares por los recortes de producción y exportación adicionales que han decidido, respectivamente, y que se suman a los acordados en las últimas reuniones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados (el grupo conocido como OPEP+).

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El martes 5, el barril de Brent superó los 90 dólares, algo que no sucedía desde el pasado mes de noviembre, y este miércoles también el precio se sitúa en ese entorno. Así ha respondido al anuncio de Arabia Saudí de reducir su producción de forma unilateral en 1 millón de barriles diarios hasta diciembre, lo que sitúa la producción total diaria en unos 9 millones de barriles al día y supone el menor nivel desde hace años. La decisión en el país árabe, donde Mohammad bin Salman bin Abdulaziz Al Saud es el hombre fuerte del régimen, no es baladí y llega después de que el país que preside Vladimir Putin decidiera un recorte de la exportación de crudo en 300.000 barriles al día. Y en paralelo, hay peligro en las empresas españolas, porque los saudíes han entrado en el accionariado de Telefónica

Estas reducciones adicionales de crudo merman aún más la oferta, porque se suman a las acordadas en la última reunión de la OPEP+, es decir, de la OPEP (liderada por Arabia Saudí) y sus aliados (que incluye a Rusia, México y Kazajistán, entre otros países). Un recorte de producción de crudo que la OPEP+ extendió a lo que queda de 2023 y a todo 2024. Y esto, lógicamente, repercute en el precio, que sube… y justo cuando la demanda mundial se acerca a niveles récord. Además, hay que tener en cuenta que, pese a la elevada histeria climática, Goldman Sachs y la Agencia Internacional de la Energía (AIE) tienen claro que cada vez se consumirá más petróleo.