El ascenso del mexicano Héctor Grisi Checa al cargo de consejero delegado del Grupo Santander, en sustitución de José Antonio Álvarez Álvarez, ha implicado un pulso -del que nos enteramos ahora- entre Ana Botín, presidente de la entidad y el Banco Central Europeo (BCE).

Exactamente, por la misma razón que en la sucesión de Francisco González en la persona de Carlos Torres. Al BCE le encanta el sistema chairman, con un presidente no ejecutivo, aunque director del Consejo y un Ceo todo poderoso. Eso sí, al Consejo se le reserva la condición de administrador vigilante y, atención, de cesar al Ceo si no cumple objetivos... o por cualquier otra razón.  

El BCE no es el dueño de los bancos. Puede intervenir si contempla un problema de solvencia bancaria que pueda perjudicar a los depositantes. Pero si no existe tal problema, ni puede ni debe intervenir

Ocurre que el esquema 'chairman' no agrada a los bancos españoles y es ajeno a la gestión española, italiana o francesa, donde prima la función del presidente ejecutivo.

En cualquier caso, la clave está en que el BCE no es el dueño de las entidades. Puede intervenir cuando contempla un problema de fondo, de solvencia bancaria, como cualquier regulador, que puede perjudicar a los depositantes. Pero si no existe tal problema, ni puede ni debe intervenir porque el BCE no es el propietario de los bancos y no es quién para decir quien preside, o quién es Ceo, y, sobre todo, cuales son las atribuciones de cada cual.

Pues bien, para el nombramiento de Grisi como nuevo Ceo, el Santander ha dejado claro, y así ha querido que conste por escrito, que Ana Botín es presidenta ejecutiva, atención, ejecutiva, del Grupo Santander.

Eso sí, en el BCE insisten que ellos no pretenden decidir quién preside y en qué condiciones. Simplemente, consideran que, como criterio de buen gobierno corporativo y de regulación de la gestión, el esquema anglosajón, de 'chairman' y Ceo ofrece más trasparencia la gestión. En Francia, España e Italia, lo dudan.

La JUR no depende del BCE pero intervino el Popular sin ninguna razón para ello

De cualquier forma, tras el desastre de la intervención del Banco Popular, que no tenía problema de solvencia y sin embargo, fue intervenido por la JUR, no ayuda. Aunque orgánicamente la JUR no depende del BCE, lo cierto es que forma parte del aparto supervisor europeo. 

Al igual que ocurrió con el BBVA que cuenta con un presidente ejecutivo, el Santander ha dejado claro que tiene una presidenta con carácter ejecutivo. La verdad es que nadie lo habrá dudado en la práctica, pero Ana Botín quería que la práctica se convirtiera en teoría... y lo ha conseguido.