Amazon no ha salido del agujero que ha ido viviendo en 2022. Y es que ha tenido unas pérdidas netas anuales de unos 2.489 millones de euros, por culpa de Rivian (fabricante de coches eléctricos que tiene con Ford, y que también lastra las cifras de este), lejos de los 30.511 millones que ganó en 2021. Asimismo, ha desplomado su resultado neto de explotación -ebit- a la mitad y ha aminorado el crecimiento de ventas hasta su menor nivel desde que salió a bolsa en 1997. ¿Habrá empezado el fin de su poder? Por ahora, los inversores no le castigan: la cotización sube más de un 7%. 

El gigante estadounidense de comercio electrónico tiene como fundador y presidente ejecutivo a Jeff Bezos, pero es el CEO, Andy Jassy, el que está más pendiente de la gestión diaria sin tomar la decisión final, y ambos son muy progres. Ha logrado el cuasi monopolio en su sector, pero a costa de: hacer la competencia a sus propios vendedores (copia productos exitososo, los favorece en las búsquedas y los vende más baratos; algo que no hacen Alibaba, Rakuten, eBay…); y de tratar mal a proveedores y trabajadores (le gusta la precariedad laboral y en España se puede ver en el uso de Empresas de Trabajo Temporal (ETT), en el incumplimiento de compromisos... y en la creación de mal ambiente en el centro logístico de San Fernando de Henares). Además, acaba de ser condenado por el Juzgado de lo Social número 14 de Madrid por emplear a 2.166 repartidores como falsos autónomos, aunque recurrirá dicho fallo. 

Ha logrado el cuasi monopolio en su sector, pero a costa de: hacer la competencia a sus vendedores (copia productos exitososo, los favorece en las búsquedas y los vende más baratos; algo que no hacen Alibaba, Rakuten, eBay…); y de tratar mal a proveedores y trabajadores (en España le gusta mucho la precariedad laboral)

Vayamos a los números de 2022. A las pérdidas de 2.489 millones por el deterioro de 11.614 millones de su inversión en Rivian, se suma un desplome del 51% en el ebit, a 11.201 millones, porque los 20.850 millones aportados por su negocio en la nube -Amazon Web Services (AWS)- no han bastado para compensar los negativos de América del Norte (-2.561 millones) y del área internacional (-7.042 millones), aunque la primera los ha mejorado y la segunda los ha empeorado notablemente. Por su parte, las ventas han ascendido a 471.000 millones, con sólo un crecimiento del 9% y que habría sido del 12% de no ser por el impacto negativo de los tipos de cambio de 14.175 millones: América del Norte ha contribuido con 288.887 millones (+13%), un aumento a doble dígito frente al descenso del 8% en los mercados internacionales, hasta 107.910 millones por la fortaleza del dólar; AWS ha aportado 73.251 millones (+29%).

Unas pérdidas anuales para Amazon que han sido algo inferiores a las de los nueve primeros meses, gracias al beneficio neto de 254 millones del cuarto trimestre. En dicho periodo sus ventas crecieron un 9%, a 136.700 millones, superando las estimaciones del mercado y alcanzando 10.571 millones en publicidad (siendo otro ladrón, como Google, que sufren los medios de comunicación), mientras el ebit cayó un 21%, a 2.503 millones.

Los sindicatos denuncian el cierre del centro de Martorelles: la oferta de traslado a sus 800 trabajadores es un “despido colectivo encubierto” y la apertura de nuevos centros en Zaragoza y Figueres supondrá para Amazon “rebajar sus costes salariales”, porque tienen un convenio colectivo con salarios más bajos que los de la provincia barcelonesa

Tras dar a conocer sus resultados de 2022, ha avisado de que prevé una evolución a bajo ritmo para el primer trimestre: un ebit de entre 0 y 3.658 millones, y una facturación de 110.653-115.226 millones de euros (entre un 4% y un 8% más que hace un año). Eso sí, esperemos que no ponga en marcha más ajustes, en plena crisis de las tecnológicas, porque ya anunció 18.000 despidos (el 6% de su plantilla), 8.000 más de los previstos en un principio.

Asimismo, en España abrirá dos nuevos centros logísticos -uno en la plataforma logística de Zaragoza y otro en Far d’Empordà (Gerona)-, mientras que cerrará el de Martorelles (Barcelona) -conocido como BCN2-, por ahora ofreciendo traslados a sus 800 trabajadores, pero los sindicatos no lo ven así, sino como un “despido colectivo encubierto” y hay una huelga indefinida desde el pasado 1 de febrero. En una carta remitida por Anabel Martin, miembro de la Comisión Negociadora del traslado de BCN2, ha señalado que Martorelles era el único centro Cross-Dock de Amazon en España (encargado de recibir mercancías de los proveedores para después distribuirlas a sus propios almacenes en un amplio territorio colindante) y ahora lo será el nuevo de Zaragoza (ZAZ1). Todo ello, con Amazon alegando “un mayor avance tecnológico que, según dice -aunque no acredita-, puede llegar a mejorar el rendimiento productivo”. Asimsmo, Martin destaca que “hasta la fecha, la compañía nos ha ofrecido compensaciones económicas por traslado que ni siquiera cumplen con el mínimo legal establecido en la legislación vigente” y que ZAZ1 tendrá el doble de superficie que BCN2, como anuncia Amazon. Pero también supondrá “rebajar sus costes salariales (el convenio colectivo de Zaragoza regula unos salarios más bajos respecto los de Barcelona)”. “El reemplazo de BCN2 por ZAZ1 representa un claro ejemplo de las prácticas abusivas del gigante tecnológico y de su intención de recortar en capital humano”, ha subrayado, destacando que el nuevo centro de Figueres (BCN4) tiene “un convenio colectivo y un suelo más económico respecto a la provincia barcelonesa”.