La Agenda 2030 y el Pacto Verde Europeo están hundiendo España, en especial, el campo de nuestro país. Se está pasando de sembrar olivos, que necesitan de años para crecer y dar rendimiento productivo, a talarlos y ‘sembrar’ placas solares.

En la red social X corre el vídeo de una periodista que, tras hablar con un agricultor, denuncia y llora ante la tala masiva de olivos que se está dando en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura... algo que nunca había visto en el campo español. También carga contra la “maldita dictadura” verde que se está imponiendo: “Ojalá acabemos con estos mandatarios, porque vamos a ver nuestros campos destruidos”.

Y gracias a la Inteligencia Artificial (IA) y al talento de los tuiteros, algunos ya reflejan cómo será el futuro (si nadie pone remedio). 

Esta indignación debería expandirse porque estamos hablando de lo que pasa en el campo español, en especial ahora con los olivos, de los que se saca el aceite, conocido en todo el mundo como el oro líquido. Sin embargo, a pesar de que nuestro país aún destaca por sus productos agrícolas, cada vez están entrando más importaciones de los mismos de muchos países que no tienen los mismos niveles de exigencia ni de burocracia que los de la Unión Europea. ¡Lamentable! De hecho, “España se ha convertido en el mayor comprador de aceite a Túnez” y “hace en Marruecos las infraestructuras hidráulicas que en Andalucía no se hacen”, como ha denunciado Manuel Gavira, portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía.

Y claro, para que este ecologismo ideológico y ruinoso se salga con la suya, destruyendo el sustento de muchos agricultores y familias, se coloca a estos entre la espada y la pared: o arriendan sus tierras o hay amenaza de expropiación para instalar paneles solares. Así lo han denunciado, entre otros muchos, las plataformas SOS Rural y Campiña Norte, o el conocido mecánico Ángel Gaitán. De hecho, SOS Rural ha advertido que “sin olivos no hay aceite, ni empleo, ni vida” y ha entregado firmas de protesta a la Junta de Andalucía. Cabe recordar que el presidente de dicha región, el pepero Juan Manuel Moreno-Bonilla prometió plantar 1,5 millones de olivos en 2024, pero no lo cumplió,... y encima ahora no esconde su incoherencia: habla de “defender ahora más que nunca” a los agricultores... mientras se talan olivos y se expropian fincas en su tierra.

Y por cierto, la destrucción del campo no se limita a los olivos, y no se puede olvidar la campaña ecologista y progre contra las vacas ‘pedorras’... y sus consecuencias se ven no sólo en España, sino también en el país vecino, Portugal, entre otros lugares.