• El ministro de Economía en funciones sitúa a Belén Romana como consejera del banco, ¿para que le prepare el terreno?
  • Guindos es el retrato robot de lo que le gusta a Ana Botín: experto en banca global, internacionalmente reconocido y ejecutivo de banca de inversión (Lehman Brothers).
  • Eso sí, salvo excepción, tendrá que esperar dos años de incompatibilidad.
  • Aunque ha habido excepciones que han acortado ese lapso.
  • No obstante, en la entidad aseguran que Ana Botín ya conocía a Romana de su etapa en Banesto.
El ministro de Economía saliente y en funciones, Luis de Guindos (en la imagen), siempre defendió a Belén Romana durante su etapa como presidenta de la Sareb. Como ya les contamos en Hispanidad, el paso de Romana por la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria fue un fracaso: malvendió activos a fondos buitre y no contó con la fuerza de ventas de las propias entidades cedentes para colocar activos al menudeo. Además, Romana nunca supo formar equipos y vio como a los pocos meses, el Ceo Walter de Luna abandonó el barco y, junto a él, sus colaboradores más próximos. En todos los casos, Guindos no dudó en defender a Romana. Con este precedente, el pasado martes por la tarde el Santander anunció el fichaje de la ex presidenta de la Sareb como consejera independiente. Un movimiento, cuanto menos, curioso. Lo cierto es que la incorporación de Romana al Santander no se ha producido por iniciativa del Ana Botín, sino por la de Luis de Guindos. ¿Estará preparando el terreno para su futuro fichaje? En la entidad aseguran que Botín ya conocía a Romana cuando presidió Banesto (2002-2010) y Romana fue consejera del banco. Vale, pero eso no justifica su fichaje, precedido del fracaso en la Sareb. Lo cierto es que Guindos es el retrato robot de lo que le gusta a Botín: experto en banca global -ahí están los decretos Guindos y los test de estrés-, internacionalmente reconocido -sus colegas europeos admiran la recuperación de nuestra economía- y, además, ha sido ejecutivo de banca de inversión -antes de ser ministro fue el máximo responsable de Lehman Brothers en España y Portugal-. ¡Ah! Y no olviden que Guindos fue decisivo en la salida de Alfredo Sáenz del Santander. Sáenz no era del agrado de doña Ana: el que fuera mano derecha de don Emilio siempre la trató como si no tuviera ni idea de banca. En cualquier caso, y salvo excepción, Guindos tendría que esperar dos años para poder incorporarse al Santander, tal y como estipula la Ley de Regulación de los Conflictos de Intereses. Ahora bien, la norma deja resquicios que algunos ya han aprovechado. Por ejemplo, Elena Salgado. La ex ministra de Economía con Zapatero fichó por Endesa sólo tres meses después de dejar el cargo. ¿Cómo fue posible? Porque quien fichó a Salgado fue la filial chilena de la eléctrica española. Por no hablar de Jaime Pérez Renovables, exsubsecretario de Presidencia del Gobierno que fue nombrado secretario general del consejo del Santander -entidad en la que ya había trabajado antes, pero no con tan alto cargo-, por tanto, jefe del servicio jurídico y del departamento de recursos humanos. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com