• ¿Y por qué cambiaron al presidente?
  • El sentir del sector es que Saracho lo venderá antes de fin de año.
  • O entero o troceado.
  • La reestructuración continúa en su línea: primero, cargarse las cooperativas de crédito convirtiéndolas en sociedades anónimas.
  • Y segundo, obligarlas a fusionarse.
Luis de Guindos (en la imagen) ha asegurado este miércoles que el Banco Popular "es solvente y no tiene problemas de liquidez. El banco será lo que quieran sus accionistas". Lo ha dicho tras su intervención en el XXIV Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte y el ABC. Pero entonces, Sr. ministro, si el Popular es solvente y no tiene problemas de capital, ¿por qué venderlo? Incluso, ¿por qué cambiaron al presidente? Algo no cuadra. Lo que ocurre es que Guindos no quiere líos. Considera que el saneamiento del sector financiero ya ha concluido, lo que traducido al lenguaje común significa que no va a otorgar más ayudas públicas para salvar entidades. Por eso, desde su punto de vista, el Popu va estupendamente y no tiene ningún problema. "El banco será lo que quieran sus accionistas". Es decir, el Gobierno no hará nada porque estamos hablando de una sociedad privada… solvente y con liquidez. Sea como fuere, el sentir del sector es totalmente distinto y la idea predominante es que Saracho lo venderá antes de fin de año. La duda ya no es si seguirá independiente o no. La pregunta es cómo se venderá, si troceado o entero. Como en todo proceso de colocación, la demanda es clave. Pero ahora, amigos, no habrá ayudas públicas y el que quiera comprar el Popular deberá hacerlo a pulmón. En este contexto, Caixabank ha sido el primero de los grandes que se ha quitado de en medio. Bastante tiene con la integración del portugués BPI como para meterse en la adquisición del Popular. ¿El Santander? Sigue en su línea, esto es, sigue mirando para otro lado. Lo suyo es el crecimiento orgánico, según Ana Botín. Distinta es la posición del BBVA. Recuerden, como adelantó Hispanidad, que fue el propio Francisco González el que llamó a Ángel Ron para hablar de compra. Nunca pasó de esa conversación preliminar, pero el interés continúa intacto y las opciones del BBVA aumentan si finalmente el Popular se vende entero y no en trozos. De momento, Saracho tiene que soltar lastre y las primeras ventas serán Wizink y Estados Unidos. Pero Guindos ha hablado de más cuestiones. Por ejemplo, de lo que les espera a las cooperativas de crédito, cuya reforma, anunciada durante la anterior legislatura (la larga) sigue pendiente. El ministro lo ha vuelto a poner sobre la mesa y habrá que ver si logra el apoyo necesario del Parlamento. De momento, solo podemos decir que nos tememos lo peor y que la reestructuración del sector seguirá la misma línea: primero, se las cargará convirtiéndolas en sociedades anónimas y luego las obligará a fusionarse. En líneas generales, habrá modificaciones en las aportaciones sociales -las aportaciones que realizan los socios de las cooperativas-. Es decir, las entidades tendrán que ser más transparentes y deberán unificar criterios. La modificación del régimen jurídico de las cooperativas de crédito obligará, además, a mejorar la gobernanza de las entidades, como sucedió en las cajas de ahorro. Y, por último, impulsará un fondo de garantía privado, alimentado por estas entidades, para cubrir problemas futuros que puedan presentarse en el futuro. Según Guindos, las cooperativas de crédito han cumplido una labor fundamental, "y queremos que sigan así", ha asegurado. Pero ministro, en el momento en el que se conviertan en SA abandonarán su esencia, es decir, dejarán de ser cooperativas. Podrán seguir haciendo una labor estupenda, pero ya no será lo mismo. Mire lo que queda de las cajas. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com