La inmigración irregular, al igual que el paro o la afiliación a la Seguridad Social, se ha convertido en otro gran desastre de la gestión de Pedro Sánchez. Y es que la vía canaria, lanzada por Marruecos, se ha disparado desde su llegada a La Moncloa: ya suma 26.896 inmigrantes desde junio de 2018, según las cifras del Ministerio del Interior.

En la última etapa del popular Mariano Rajoy llegaron a Canarias 425 inmigrantes en 2017 y 121 hasta mayo de 2018. Sin embargo, con el presidente socialista en La Moncloa se cerró 2018 con 1.307 llegadas a las islas también conocidas como ‘las islas afortunadas’ (y al restar los 121 de los cinco primeros meses en los que mandaba Rajoy, salen 1.186 en el inicio de la etapa sanchista), a los que hay que sumar los 2.687 inmigrantes llegados en 2019 y los ¡23.023! en 2020. Esta última cifra es un 757% superior a la 2019, un ‘exitazo’ del señor Sánchez.

El aumento de llegadas de inmigrantes irregulares a Canarias también se refleja en el número de embarcaciones: se ha pasado de 20 en 2017, a 69 en 2018, a 129 en 2019 y a 745 el año pasado. Por tanto, sólo en 2020, el número de embarcaciones se incrementó en 616, lo que supone un alza del 477,5% en términos porcentuales.

De los 41.861 (+29%) inmigrantes irregulares que han entrado en España el año pasado, 23.023 (+757%) lo han hecho llegando a las islas Canarias 

Todas estas elevadas cifras que están soportando las islas Canarias son relevantes, pues antes de 2018, la vía canaria llevaba años bastante muerta y tenían mucha mayor afluencia tanto las vías marítimas del Estrecho y del mar Mediterráneo como las terrestres a través de Ceuta y Melilla. Conviene recordar que la acogida del barco Aquarius, que llevaba 630 inmigrantes, en junio de 2018 fue la primera decisión del primer Gobierno Sánchez (entonces en solitario) y Sánchez se permitió el lujo de afirmar en su libro de memorias, Manual de resistencia, que “haber salvado la vida a las 630 personas del Aquarius hace que valga la pena dedicarse a la política”. Una decisión que ha generado un fuerte efecto llamada, con el que las mafias se han frotado las manos, a pesar del giro que se dio: tres meses después de recibirle con los brazos, Sánchez dijo ‘no’ al Aquarius porque “España no es un puerto seguro en este momento”, pese a que llevaba 141 inmigrantes a bordo; en diciembre, acogió a un barco de Open Arms con 300 inmigrantes, pero empezó el año 2019 bloqueando un barco de esta ONG en Barcelona y al Aita Mari en Guipúzcoa por incumplir acuerdos internacionales; y en agosto de ese mismo año, Sánchez dijo que la Unión Europea tenía que actuar en la acogida de los inmigrantes que rescataban los barcos de las ONGs.

La vía marítima a través de la Península y Baleares ha registrado 16.610 inmigrantes irregulares el año pasado, lo que supone un 24% menos que en 2019

Al efecto llamada que generó la primera acogida del Aquarius se suma la presión de Marruecos, que ha sido el que ha lanzado la vía canaria y que no le han gustado nada las declaraciones del vicepresidente segundo y líder podemita, Pablo Iglesias, respecto al Sáhara Occidental (de hecho, se suspendió el viaje de Sánchez al reino aluí por esto, aunque se puso como excusa la pandemia del coronavirus). Una vía marítima canaria al alza, mientras la vía marítima a través de la Península y Baleares ha registrado 16.610 inmigrantes irregulares el año pasado, lo que supone un 24% menos (5-253 personas menos) que en 2019 y además la vía terrestre a través de Ceuta y Melilla ha perdido fuelle: 5.863 llegadas en 2017, 6.800 en 2018, 6.346 en 2019 y 1.755 en 2020.

En total, la inmigración irregular ha contabilizado una curiosa montaña rusa en los últimos años, aunque no se ha hecho nada para promover una inmigración regular y una verdadera ayuda a los países de origen. En concreto, en 2017, entraron en nuestro país 27.834 personas de forma irregular; 64.298 en 2018; 32.449 en 2019 y 41.861 (+29%, lo que se traduce en 9.412 personas más) el año pasado.