Francia insiste en el giro copernicano sobre el origen del coronavirus que dio junto a Reino Unido hace unos días: ahora acusa a China de que “juega a la fragmentación de la UE”, ha señalado el ministro galo de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, en Le Monde. Mientras, Alemania, se limita a pedir más transparencia al gigante asiático… debido a la importante relación económica que mantienen.

“La pandemia es la continuación, por otros medios, de la lucha entre las potencias”, ha afirmado Le Drian, pues considera que ha habido “una amplificación de las fracturas que socavan el orden internacional”. “Esperamos que China nos respete, como ella desea ser respetada”, ha añadido, aludiendo a las difamaciones sobre el personal de sus residencias por parte de la Embajada de China en su país. Una última voz en un contexto internacional en el que ya nadie cree a Xi Jinping.

Por su parte, Alemania no ha pasado a la confrontación. La canciller Angela Merkel se ha limitado a pedir transparencia: “Cuanto más transparente sea China en cuanto a la génesis del virus, mejor será para que el mundo entero aprenda de ello”, ha subrayado. ¿El motivo? Sencillo, se trata del país europeo que mayor relación económica tiene con el gigante asiático… y eso quiere cuidarlo.