• Bruselas se une a los esfuerzos de la OCDE, que ha puesto de acuerdo a 31 países para luchar contra ese fraude.
  • La UE pretende acabar con el chollo de ganar en un país y pagar los impuestos en otro, pero con más ventajas fiscales.
  • Es lo que hacen Google, Apple, Amazon, McDonald y otras grandes corporaciones, sobre todo tecnológicas.
  • Los Estados podrán gravar los beneficios empresariales aunque el dinero se haya trasferido a otro país.
  • La meta, tanto de la OCDE como de la UE, es que las multinacionales aclaren sus ingresos y paguen donde corresponde.
La OCDE, por un lado, y la Unión Europea, por otro, se enfrentan, parece que cada vez más en serio, al inquietante fenómeno de la evasión fiscal de las multinacionales. Los últimos pasos se han dado con un día de diferencia. Este miércoles, 27, la OCDE, mediante un acuerdo en ese sentido entre 31 países, entre ellos España, y este jueves, 28, la UE, que ha anunciado propuestas muy concretas, como que los países europeos puedan gravar los beneficios empresariales aunque el dinero se haya trasferido a otros países parar evitar precisamente esos pagos. Las propuestas de Bruselas, presentadas por el comisario de Economía, Pierre Moscovici (en la imagen), y que tienen que ser aprobadas por todos los miembros de la UE, pretenden, básicamente, acabar con una práctica deplorable: que las multinacionales dejen de trasferir sus beneficios a filiales con ventajas fiscales (léase, Holanda, Luxemburgo o Irlanda). Con las nuevas medidas, disuasorias, cualquier país tendría capacidad de gravar el beneficio que una multinacional genera en su propio suelo y que ha sido transferido a otro país. La condición es que la diferencia en los impuestos que pagan entre un país y otros sea inferior al 40%. En otras palabras, a la multinacional de marras no le servirá de nada estar domiciliada en Irlanda, donde el Impuesto de Sociedades es sustancialmente menor, para evadir los impuestos que debería pagar por la actividad en España. Y esa propuesta, en otro frente, se une el compromiso propuesto por la OCDE que han suscrito 31 países. El fin es el mismo: acabar con unas prácticas con las que las multinacionales, especialmente compañías tecnológicas americanas, evaden impuestos entre 100.000 y 240 millones de dólares anuales, según los cálculos de la OCDE. En Europa, esa evasión asciende a 70.000 millones de euros anuales, según los cálculos del Parlamento Europeo. Pongan ahí el sello de empresas como Google, Apple, Amazon o  McDonald. Es esta razón, por ejemplo, la que ha llevado a Google a firmar un acuerdo con Gobierno británico para pagar 130 millones de libras por impuestos que no ha pagado en ese país. Y la polémica sigue, por cierto, porque el premier David Cameron tiene en frente a la oposición, que insiste en que es una cifra ridícula en relación a lo que ha ganado en Reino Unido. El empeño de la OCDE viene de lejos. En 2015 puso el foco de atención en esta realidad irritante en la Cumbre de Lima y en la cumbre del G-20, en Turquía, y ha arrancado ya, menos mal, un primer compromiso de 31 países, entre ellos España, para luchar contra esa la evasión fiscal de las multinacionales. La OCDE y la UE dan un paso más, aunque el objetivo final es más ambicioso: obligar a las grandes corporaciones a que detallen los ingresos en cada uno de los países donde operan y los impuestos que pagan, que es lo que va a exigir también la UE. No tiene ningún sentido, en efecto, que algunos países contribuyan a las fórmulas de evasión fiscal castigando a otros, que en eso consiste que no paguen donde corresponde. El secretario general de la organización, Ángel Gurría, insistió este miércoles, 27, en los "efectos inmediatos" que tendrá el acuerdo firmado por los 31 países "sobre la cooperación internacional en materia impositiva, reforzando la transparencia de las operaciones de multinacionales". Con la entrada en vigor del tratado, en 2017, los Estados comenzarán a intercambiar información entre los servicios fiscales de los distintos países, con el fin de que ese cruce de datos ayude a tener una visión de la actividad de las multinacionales. Entre los países que han firmado están los principales países europeos, como Alemania, Francia e Italia, y otros en los que las multinacionales domicilian habitualmente sus sedes para aprovechar las ventajas fiscales, como Irlanda, Holanda o Luxemburgo. Se echa de menos la ausencia del acuerdo de Estados Unidos, aunque Gurría explicó que también se incorporará, aunque sin precisar cuándo. Otros países firmantes hay 22 países europeos (también Reino Unido, Austria o Suiza), tres países hispanoamericanos (México, Chile y Costa Rica) y el resto de otras latitudes: Japón, Australia, Malasia, Nigeria Y Suráfrica. ­Rafael Esparza rafael@hispanidad.com