El presidente chino, Xi Jinping, llega a Portugal con el debate caliente todavía en Europa por el control de las inversiones extranjeras, sobre todo chinas, en suelo continental. Paradójicamente, el Gobierno menos preocupado, es el luso, de Antonio Costa, que no ha puesto ninguna pega a la OPA del grupo estatal Tres Gargantas, lanzada en mayo, sobre eléctrica EDP y su filial de renovables, por el grupo estatal Tres Gargantas.

No es ni el único sector ni el único grupo sobre el que se lanzado China, consciente de que Portugal es una puerta de entrada en Europa. La inversión china ha encontrado destino en los sectores bancario o asegurador, como en la primera entidad privada del país, el BCP, o principal aseguradora, Fidelidade, y también en infraestructuras básicas del Estado: la gestora de la red eléctrica y de gas, REN, y el líder energético, EDP.

El salto chino en Portugal se concreta en sectores privados (BCP o Fidelidade) y en los estratégicos, eléctrico y gas   

La idea con la que llega a Lisboa Xi Jinping (en la imagen, durante la reciente visita a España) es precisamente esa: fortalecer esos lazos con Portugal, que inquietan en igual medida en países europeos como Francia o Alemania. La visita de Estado es de dos días y acaba mañana, pero el punto más sensible en estos momentos es la OPA sobre el 51% de EDP y EDP Renovables, paralizada ahora en un limbo regulatorio. China espera cerrar la operación en febrero o marzo, aunque depende del visto bueno de las autoridades regulatorias europeas, que dependerá en gran medida de las desinversiones en activos. Eso sí, los chinos dan por perdidos los activos en EEUU. Sabe que en ese país no tiene nada que hacer.

París y Berlín introdujeron las inversiones chinas la semana pasada en el debate del resto de países europeos. Son los dos países, junto a Italia, que más presionan a Bruselas para que active mecanismos que protejan los sectores estratégicos europeos del asalto chino. A Portugal podría seguir, sin más lejos, España, para comerse Iberdrola, Endesa o Naturgy porque EDP, para los chinos, es el principio. Su meta está en el acceso a la tecnología de EDP, y a través de ella, a la tecnología europea.

Las operaciones chinas en Portugal, sin embargo, no inquieta en absoluto al Ejecutivo luso. En el marco del debate abierto la semana pasada, Antonio Costa señaló que a Portugal no le preocupa el origen de la inversión extranjera” y tampoco es partidario de que la UE tome medidas proteccionistas en ese sentido.