El grupo chino Three Gorges (Tres Gargantas o CTG) sigue adelante con la OPA lanzada en mayo por la eléctrica lusa Energías de Portugal (EDP), que es sólo el principio de sus planes para entrar en Europa. Otra cosa es cuánto tiempo se demore, por los obstáculos de los reguladores, aunque el proceso podría terminar a principios de febrero, según la información a Hispanidad de fuentes conocedoras de la operación.

Los planes chinos, en cualquier caso, son claros: el control de EDP, con la que se hacen también con el 15% de la central nuclear de Trillo, herencia de Hidrocantábrico, y buena parte de la energía renovable española (2,5 gigavatios). Ojo, del mismo modo que tiene importantes activos en EEUU o Brasil, un obstáculo que pueden salvar con el troceo y ventas y tener así el visto bueno de las autoridades de Competencia.

El paso siguiente apunta más lejos: la entrada en Europa, pasando también por España, o lo que es lo mismo: comprar una de las tres grandes eléctricas, Iberdrola, Endesa o Naturgy (la antigua Gas Natural). El recorrido es previsible.

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De momento, no ha encontrado ninguna pega del Gobierno portugués, cuyo primer ministro, António Costa, ha sido el más madrugador para decir que no pondrá objeciones a la operación. Eso sí, tendrá que levantar la limitación de los derechos de voto, ahora en el 25%, porque es una de las condiciones de la OPA de CGT.

La otra es superar la mayoría de control (50%) desde su 23,27% actual que sumado al 4,98% del fondo chino CNIC, alcanza un 28,25%. CNIC, por cierto, ha entrado también en Redexis, cuarta red española de distribución de gas. El precio de la oferta sigue en 3,26 euros por acción, tildado de rácano tanto por EDP y su presidente, António Mexía, como por los analistas. Por eso planean elevar la oferta a 3,5 euros.

Vencida la resistencia del Gobierno luso, Tres Gargantas sigue adelante, al margen de que sea un grupo estatal y cuente, por tanto, con el apoyo -también financiero-, del Gobierno chino. Costa prefiere quitarse el problema de encima, teniendo en cuenta la renovación de centrales que espera EDP, que necesitan mucha inversión.

Otra cosa es Europa. De hecho, sabido los planes chinos en Portugal se abrió un debate en el seno de la Comisión Europea sobre la participación de empresas extranjeras en sectores estratégicos europeos.

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En el caso del sector energético, el criterio -el mismo que sirvió para hacer frente a la rusa Gazprom- es la separación de generación, distribución y comercialización, problema que se agrava en Portugal, no sólo por la OPA sobre EDP, sino por la participación del 25% en Redes Energéticas Nacionais (REN) de la corporación estatal china State Grid.

Es el motivo que explica la fuerte presión del Gobierno de China sobre el presidente europeo, Jean Claude Juncker, con labor de lobby incluida en Bruselas.

En la última cumbre comercial China-Unión Europea, los chinos fueron claros en su amenaza a Europa: nada de contraopas sobre EDP (hasta ahora no se han formulado), aunque sea la primera energética de Portugal o la sede de la su joya de la corona, EDP Renovables, esté en España (Oviedo). Las contraopas o el bloqueo a la operación servirían a los chinos para mandar al traste la alianza con la UE para combatir el proteccionismo de Donald Trump.

Ahora bien, el troceo de EDP, para lograr el visto bueno de las autoridades de Competencia europeas, es una solución que no arregla el problema de fondo. El interés de los chinos está en el acceso a la tecnología de EDP, y a través de ella, a la tecnología europea.

Los tres países europeos más opuestos a la entrada china en sectores estratégicos europeos son Alemania, Francia e Italia, que enviaron una carta a la Comisión Europea pidieron que se activen los mecanismos de prevención y protección antes de final de año. El Gobierno español calla, no ha dicho nada.