A punto de cerrar la década, ¿alguien se acordaba del ‘caso de Miguel’, la mayor trama de corrupción instruida en el País Vasco y que ha terminado con el ex número dos del PNV en Álava en la cárcel? Pues bien, después de diez años, la Audiencia Provincial de Álava ha condenado a Alfredo de Miguel, ex número dos del PNV en Álava, a 13 años y tres meses de prisión por cohecho, tráfico de influencias, falsedad documental y malversación.

Entre los 26 acusados de esta trama que cobraba comisiones ilegales a cambio de adjudicaciones públicas, además ha sido condenado el exconcejal de Vitoria -también del PNV-, Aitor Tellería, a seis años de cárcel, y el responsable contable del parque tecnológico de Miñano -y exmiembro del PNV-, Koldo Ochandiano, condenado a seis años y nueve meses de prisión.

Poco después de conocerse la sentencia, que es recurrible, el presidente vasco, Íñigo Urkullu y el líder del PNV, Andoni Ortuzar, han pedido públicamente “perdón”, eso sí, dejando claro que la sentencia no implica, ni mucho menos, que la corrupción fuera del PNV. “Conviene recordar que los hechos juzgados y sentenciados responden a actitudes particulares”, ha señalado el lendakari. Es el arrepentimiento vasco: pedimos perdón... pero yo no he sido. El PNV es un partido limpio.

En cualquier caso, el ‘caso de Miguel’ ha superado con creces el silencio mediático de los ERE de Andalucía -un caso mucho más grave, también es cierto- y no tiene ni comparación con la Gürtel, que parece como si todavía estuviera activa.