• El beneficio hasta septiembre ( 16,6%) se debe a la división que más crece en ventas, la de farmacia ( 7,3%).
  • Y dentro de ese segmento están las píldoras y abortivos, como el cuestionado dispositivo Mirena ( 12,2%).
  • Mirena es otro motivo del cerco judicial al gigante en varios países, también por otras píldoras: Yaz, Yazmin, Essure.
  • Bayer insiste en el "gran paso estratégico" por la compra de Monsanto y olvida de las críticas por oligopolio.
Los resultados de Bayer tienen siempre dos lecturas. Se puede ver en clave estrictamente empresarial o en clave ética. En el primer aspecto -cifras- es una multinacional en toda regla con una sed devoradora por el oligopolio (de ahí la compra de Monsanto). Y en el segundo, le da igual que le da lo mismo crecer al margen de consideraciones morales sobre lo que comercializa. Entiéndase: su negocio abortivo. Por eso esas lecturas son necesarias para valorar los resultados del gigante alemán, también en el tercer trimestre. Y así, lo positivo para la empresa se convierte en lo negativo para el informador. En suma, que una cosa es el beneficio y ventas, y otra lo que se esconde en los registros. Bayer ganó hasta septiembre 4.078 millones, el 16,6% más, aunque mantuvo las ventas prácticamente en el mismo nivel que el tercer trimestre que en el segundo (34.949 millones de euros). Sin embargo, una de las divisiones que más crece es la de farmacia (el 7,3%), donde se concentra más de la mitad del beneficio (2.783 millones) y un tercio de la facturación (12.145 millones). El resto de divisiones se mantienen o retroceden. Esa división que más crece, lo hace, como reconoce la propia empresa, con sus píldoras y abortivos, especialmente la familia de los dispositivos intrauterinos Mirena, más del 12,2%. Y es aquí donde está lo más sorprendente, sobre todo si tenemos en cuenta que es el mismo producto por el que la multinacional acumula causas judiciales, la última presentada en junio de este año en EEUU. Las demandas se acumulan en los tribunales por el sucio negocio abortivo de Bayer, en el caso de Mirena por los efectos secundarios (dolores de cabeza, lumbares, pérdida de visión, daños cerebrales…). Pero llueve sobre mojado para el gigante alemán porque no es el último caso. Los frentes judiciales abiertos en varios países afectan otras píldoras o abortivos de hormonas como Yaz, el Yazmin, Yasminelle, Gianvi, Ocella, Beyaz, Safyral. Todo estalló en la junta de accionistas de Bayer del año pasado, donde la multinacional escuchó las quejas -que ya están en sede judicial- por los desvaríos de esas píldoras en forma de trombosis o embolia. El último episodio ha sido por las secuelas del Essure, cuyos ecos han llegado también a España. Y otra cosa, finalmente es la compra acordada de Monsanto por 59.000 millones de euros. Para la multinacional es un gran paso estratégico. Lo ha vuelto a recordar. Para los observadores, sin embargo, la fusión con Monsanto ha encendido todas las alarmas, económicas y éticas. Básicamente, por la excesiva concentración económica (posición de dominio), pero también por las suspicacias que despierta Monsanto, que se retiró del mercado europeo hace unos años por la moratoria que impuso la Unión Europea al cultivo genéticamente modificado, aunque lo ha seguido exportando a la UE. No es para menos: entre las dos compañías controlarán un tercio del mercado mundial de pesticidas, por ejemplo. Ahí están las reticencias a la operación, especialmente en Alemania, y sobre un modelo de negocio, en las dos compañías, que "carece de escrúpulos para obtener beneficios", como ha criticado la Coordinadora de los Peligros contra Bayer (CPB), la más activa contra las prácticas de la multinacional germana. Bayer aspira a controlar el negocio agroquímico, que dependía en un 75% de cinco firmas hasta hace pocos años: Monsanto, Bayer, BasfDuPont y la suiza Syngenta. Pero en los dos últimos años, Dupont se ha fusionado con Dow Chemical, y el gigante asiático China National Chemical Corporation (Chem China) ya tiene el visto bueno en EEUU para adquirir Syngenta. Con la suma de Bayer y Monsanto, se vuelve a concentrar más todavía. Pero el Ceo, Werner Baumann, no lo disimula: "La compra de Monsanto es un hito estratégico significativo para Bayer para ser líder para la economía agrícola y reforzamos al mismo tiempo nuestra posición líder como empresa de ciencias biológicas". Rafael Esparza