El franquismo no fue una dictadura, fue una dictablanda. Franco no es comparable ni a Hitler, ni a Stalin ni a Mao. Entre otras cosas, porque el carácter autoritario del Régimen surgido de una guerra civil se vio amortiguado por la Iglesia y por el hecho de que el propio Franco era católico. 

Y ahora, ya podemos rasgarnos todas las vestiduras.