En Israel, ante las elecciones de mañana martes, están pasando dos cosas: la primera, que la población árabe israelí, "casi el 20% de la población", puede tener la llave del Gobierno si Netanyahu empata con la coalición de centro izquierda formada por Itzjak Herzog-Tzipi Livni (en la imagen).

El papanatismo de la prensa europea le lleva a presentar a esos árabes de Israel como gente democrática que nada tiene que ver con Hamas. No es así o al menos no siempre ha sido así. Ponen como ejemplo la localidad de Nazaret. Hay que tener cara: los árabes de Nazaret son los que más han atacado a los cristianos y los que más dificultades han puesto para poder rezar en la basílica.  

La otra cuestión es que, en principio, los israelíes ya no sólo votan seguridad. Ahora también votan economía.

Hispanidad

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