El 6 de febrero se celebra, en todo el mundo, el Día Mundial contra la Mutilación Genital Femenina (MGF) que abarca todos los ritos de mutilación parcial o total de los genitales femeninos, a través de prácticas ancestrales.  La MGF está sancionada, por todo el orbe, como una transgresión de los derechos humanos de las mujeres.

Evidencia una desigualdad entre los sexos muy fuerte, y configura una segregación de la mujer. Se ejecuta con chiquillas y es una violación de los derechos de los pequeños. Asimismo, quebranta los derechos de la salud, la seguridad y la integridad física, el derecho a no ser doblegado a tormentos crueles, sangrientos o vejatorios, y el derecho a la vida en los casos en los que se produce el exterminio de la criatura.

Alrededor de 140 millones de niñas padecen las secuelas de la MGF. En la mayoría de los casos se ejecutan entre el nacimiento y los 10 años.

Se estima que en el continente africano hay 92 millones de mujeres que han sido víctimas de la mutilación genital femenina. Cada año, tres millones de chiquillas corren el peligro de padecer la MGF.

En todo el mundo hay unos 140 millones de mujeres que padecen las secuelas de la MGF. Estas mutilaciones son habituales en África, Asia y en Oriente Medio, por razones culturales, religiosas o sociales

En 1997, la OMS divulgó una deposición contra la ejecución de la MGF. También, en febrero de 2008, se dio a conocer una nueva disposición con el respaldo de las instituciones internacionales en la que se exigía un aumento de los medios para la abolición de la mutilación genital femenina.

Se han hecho magnos esfuerzos para combatir esta lacra hereditaria. Los logros se concretan en una participación de todos los países para la eliminación de la MGF; la instauración de organismos que persigan estos ritos crueles y la de promulgar leyes que condenen la práctica de la mutilación y una seguridad política para su abolición. Destaca la promulgación de leyes contra la mutilación genital femenina en 22 terruños africanos, así como en 12 países occidentales con inmigrantes oriundos de países donde se sigue mutilando a las mujeres.  

Las actividades de la OMS, con el objetivo de abolir la MGF, se agrupan en la institución de mecanismos que promuevan diligencias, en todo el universo, para terminar con la MGF rápidamente: la atención a las personas que han padecido la mutilación y pautas para los profesionales de la sanidad con el objetivo de que puedan asesorar a las mujeres que han sobrellevado esta humillación. La OMS exige a los profesionales de la sanidad que no ejecuten estos ancestrales ritos.

Clemente Ferrer
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