Sr. Director: Con pena y sorpresa he visto su video de Minucias visuales «El Frente Nacional es derecha pagana: no son carlistas, son falangistas (25/04/2017)», en el que con cierto ánimo didáctico y abreviando para que se le entienda más rápido, identifica al Frente Nacional como falangista, para acabar declarando a ambos como paganos. Pero la Falange, Eulogio, al menos la que fundara José Antonio Primo de Rivera, no es pagana. No es pagana ni idolatra ni antepone el amor a la patria o al Estado, al amor a Dios, que está en la cumbre de sus valores y fundamentos. Le invito a que lea a José Antonio y encuentre en lo escrito o en lo dicho por él, relacionado o no con la Falange, alguna nota sustancial que argumente el supuesto paganismo que usted le atribuye. Ni eran paganas sus ideas, ni lo fue el modo de entender la política que pretendió constituir al fundar la Falange. Como también se pueden apreciar a lo largo de los años, sus diferencias esenciales con el fascismo y su separación progresiva de él, por más que compartiera ciertas formas externas propias de la época y de otros movimientos que surgieron al calor del fracaso de las democracias liberales, y sus enfrentamientos contra el comunismo. No negaré que haya habido derivaciones e interpretaciones filofalangistas que hayan coqueteado ideológicamente con el paganismo y con ideologías más o menos materialistas, no asumibles desde el cristianismo y el catolicismo; pero eso es algo inevitable en un movimiento que quedó gravemente truncado por el asesinato de su fundador a sólo tres años de su fundación, y que comenzó sintiendo, también es innegable, profundas simpatías con el fascismo. Un fundador que se presentó como católico en todo momento y circunstancia de su vida (y no eran fáciles), pero sin pretender hacer bandera de su catolicismo, defendiendo desde un principio la separación entre la Iglesia y el Estado; una posición y actitud que ya la Iglesia no sólo admite sino que recomienda, pero que en aquellos tiempos le costó a José Antonio multitud de dolorosas incomprensiones y descalificaciones, muchas procedentes de la clerical CEDA. Y por último, permítame que también le discuta lo que dice en el video de que un católico no puede votar al Frente Nacional. El hecho de que Marine Le Pen hable con arrebato de Francia a los franceses, y les quiera hacer sentirse orgullosos de su patria, me temo que tampoco significa paganismo, ni que intente imponer el amor a la patria francesa sobre cualquier otro bien o valor superior, incluido Dios. Se podrán criticar sus medidas económicas, que desde luego no son liberales ni tienen por qué serlo, pero si yo fuera un ciudadano francés, para votar al Frente Nacional en esta sociedad occidental que se pudre en sus raíces más profundas, me bastaría con un solo motivo: que a diferencia del resto de presidenciables, Marine Le Pen es la única que se ha comprometido en derogar la Ley Taubira (la ley que aprueba el matrimonio homosexual y su posibilidad de adopción), y a prohibir la GPA (la "Gestation Pour Autrui"), los vientres de alquiler. Desgraciadamente en otros temas como el aborto han ido cediendo y ya no son tan contundentes como lo fueron. Pero también es cierto que en sus filas está ascendiendo cada vez más la figura de Marion Le Pen, la joven sobrina de Marine, una firme católica practicante y sin complejos de testimoniar su fe, que sí defiende la derogación de las leyes del aborto, aunque por su juventud y su peso aún no suficiente en el partido, carece de la influencia necesaria como para imponer sus valientes criterios. Pero habrá que confiar en su futuro. Muchas gracias y perdone si en algo le hubiera molestado; no era mi intención. Miguel Ángel Loma