En los últimos tiempos, EEUU ha venido padeciendo una oleada de ataques a iglesias católicas, que comenzó tras los disturbios civiles y políticos que se produjeron en mayo de 2020 y se intensificaron dos años después, cuando el Tribunal Supremo anuló la ley del aborto del 'caso Roe contra Wade'.
En ese contexto, y pese a la llegada de un presidente protestante, Donald Trump, que defiende la libertad religiosa, se ha producido un nuevo incidente de ataque a los católicos.
En Washington, D.C., un hombre fue detenido en las inmediaciones de la Catedral de San Mateo Apóstol, el pasado 5 de octubre, porque tenía un cóctel Molotov en su poder.
El individuo, que había instalado una tienda de campaña, fue identificado por los agentes como Louis Geri, de 41 años, de Vineland, Nueva Jersey, según un comunicado del MPD.
Ese día se iba celebrar una misa en la catedral, con la asistencia de jueces de la Corte Suprema, “para invocar las bendiciones de Dios sobre quienes son responsables de la administración de la justicia, así como sobre todos los funcionarios públicos”, informó el templo sagrado.
En su homilía, el Cardenal Robert McElroy señaló: “Ciertamente es verdad que la violencia política ha formado parte de nuestra historia como nación y que el diálogo político a menudo ha sido confrontacional”. “Como estudiantes del derecho, como líderes en el derecho, ya sea como jueces o legisladores o defensores públicos o como asesores, por ese compromiso están privilegiados y obligados a elevar el nivel de nuestro discurso político y social”, dijo McElroy. “Ningún grupo en nuestra sociedad tiene una mayor capacidad para remodelar nuestro discurso político. Ningún grupo tiene un llamado más profundo para llevar esperanza”.
En este momento, la investigación -en la que participan el Grupo de Trabajo Conjunto contra el Terrorismo, la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos- continúa abierta, recoge Aciprensa.












