Como todos los años, el 12 de octubre celebraremos, llenos de alegría, la fiesta de Nuestra Señora la Virgen del Pilar.

La historia sobre sus orígenes se remonta al año 40 de nuestra era. El 2 de enero de ese mismo año 40, la Virgen se apareció al apóstol Santiago en Cesaraugusta (actual Zaragoza) y como testimonio de su visita dejó una columna de jaspe, más conocida como el pilar.

Santiago y los siete primeros convertidos a la fe cristiana en Zaragoza edificaron a orillas del Ebro una primitiva capilla de adobe. Este testimonio fue recogido por un manuscrito de 1297 de los Moralia sive Expositio in Job, de San Gregorio Magno, manuscrito que se conserva en el Archivo del Pilar.

Fue la misma Virgen quien pidió a Santiago que edificase una capilla en su honor allí en Zaragoza, prometiéndole que jamás en esa tierra faltarían cristianos.

Una fuerte devoción a Santa María del Pilar de Zaragoza se dió en los albores del siglo XIII, cuando comenzaron las primeras peregrinaciones a la iglesia del Pilar.

Recordemos que desde el año 714 hasta el 1.118, Zaragoza estuvo ocupada por los musulmanes. Sobre la iglesia mozárabe preexistente se erigió el templo románico del Pilar, poco después de la reconquista de Zaragoza por Alfonso I el Batallador en el año 1118.

En el siglo XIII se documenta en el templo una capilla primitiva para alojar la imagen de la Virgen del Pilar, según afirma Diego de Espés en 1240.

En 1293 el templo se encontraba en tal mal estado que el obispo Hugo de Mataplana promovió la restauración del templo y su conversión en colegiata gótico-mudéjar de Santa María, gracias a una bula del Papa Bonifacio VIII, que por primera vez menciona la advocación del Pilar.  

La imagen de la Virgen es una talla de madera dorada que mide 33 centímetros y medio de altura y descansa sobre una columna de jaspe forrada de bronce y plata y cubierto, a su vez, por un manto desde los pies de la imagen de la Virgen hasta la base vista de la columna o pilar.

En la fachada posterior de la capilla se abre el humilladero, donde los fieles pueden venerar y besar la santa columna a través de un óculo abierto.

La imagen de la Virgen está datada alrededor del año 1435 y se atribuye a Juan de la Huerta, imaginero de Daroca. María aparece coronada y con túnica y manto que recoge con su mano derecha, contemplando al Niño Jesús que agarra el manto de su Madre con la mano derecha y un pajarillo con la izquierda. Probablemente, se dice, fue una imagen donada por Dalmacio de Mur con el mecenazgo de la reina Blanca I de Navarra, esposa de Juan II de Aragón, a raíz de la curación de una enfermedad que aquejó a la reina por entonces. La escultura es de fábrica gótica y fue restaurada en 1990 por iniciativa del Cabildo Metropolitano de Zaragoza.

La santa columna o el pilar es de jaspe, tiene 1,77 metros de altura, un diámetro de 25 cms y un forro de bronce y plata. La tradición pilarista afirma que jamás ha variado su ubicación desde la visita de la Virgen a Santiago en el año 40.

La Basílica del Pilar de Zaragoza fue fundada como tal en 1681; en ese año se colocó la primera piedra. Según la tradición, se trata del primer templo mariano de la cristiandad, puesto que en él se conserva y venera el pilar sobre el que la Virgen posó sus plantas en el año 40 de nuestra era. La Basílica fue consagrada a Dios el 10 de octubre de 1872.

Hablamos de la Virgen del Pilar y de la Hispanidad porque fue precisamente el día 12 de octubre del año 1492 cuando Cristóbal Colón llegó a las Américas al desembarcar en la isla Guanahaní, que rebautizó como San Salvador. Este evento, el Descubrimiento, fue uno de los más importantes de la historia de la humanidad, el primer encuentro entre europeos y pueblos indígenas con culturas y pensamientos totalmente distintos (los mayas, los incas, los aztecas).

Gracias a la reina Isabel la Católica y al buen hacer político-diplomático de su esposo, Fernando el Católico, y a otras figuras importantes de la época, Colón y los suyos pudieron viajar por mar y llegar al Nuevo Mundo. Las llamadas Capitulaciones de Santa Fe fueron firmadas en abril de 1492, habiendo terminado ya la guerra de Granada.

En realidad, todo fue providencial, porque, antes de alcanzar la meta que Colón deseaba, se encontró con las islas del continente americano en la mitad del camino.

Castilla fue la madre de las nuevas tierras, y la lengua castellana su medio de comunicación.

La reina Isabel pidió que los habitantes del Nuevo Mundo fueran evangelizados y bautizados en la fe católica. No se trató, como dicen algunos, de que España, al descubrir el Nuevo Mundo, lo sometió y expolió y dejó en la miseria a aquellas gentes. Se trató de una verdadera comunicación de bienes espirituales y materiales entre los españoles y los hispanoamericanos.

Lo más importante fue que España llevó la fe de la Iglesia Católica a las Américas. Así es que me parece perfecto que el día de la fiesta de la Virgen del Pilar sea también la fiesta de la Hispanidad, el 12 de octubre.

¿Qué supuso el Descubrimiento? Que quienes no conocían al Dios vivo y verdadero y a su Hijo Jesucristo oyesen hablar de Él para que, a través de la fe y el bautismo, obtuviesen la salvación llevando una vida santa.

El reconocimiento formal de la Virgen del Pilar como Patrona de la Hispanidad llegó en 1984, gracias al Papa San Juan Pablo II.

Que Nuestra Señora del Pilar otorgue a todos los pueblos la paz, la concordia y la salvación eterna que su Hijo Jesucristo nos obtuvo con su Misterio Pascual.

¡Viva La Pilarica!