Hoy jueves se aprueba definitivamente el Congreso la Ley de Aborto de Irene Montero, según la Ministra, todo un avance, pero la realidad es muy distinta. Vamos a dejar por un momento el que la señora Montero entienda que lo que se está abortando es una persona, que tiene sus derechos. Centrémonos en su terreno, como Ministra de Igualdad, una de sus funciones es "la prevención y erradicación de cualquier forma de violencia contra la mujer". Con la ley del 'sólo sí es sí' ya ha demostrado que el tema se le resiste, veamos con el aborto. 

Un estudio elaborado por el Instituto Charlotte Lozier publicado por la revista Cureus, recogido por Voz Media, asegura que seis de cada diez mujeres (60,6%) que abortaron denuncian que sufrieron "un alto nivel de presión para abortar". "El 31,3% de las encuestadas afirmaron haber abortado por presión de su pareja; el 34,7% por algún familiar; y el 23,7% por otra persona. El 54,6% explicaron que su decisión se vio forzada por preocupaciones económicas y el 64,7% por otro tipo de circunstancia".

Estudio aborgo

Otro de los asuntos que se plantea el estudio es si las clínicas donde se practican abortor deberían permitir que mujeres presionadas abortaran. David Readon, doctor asociado al Instituto Charlotte Lozier y coautor de la investigación, ha asegurado que "Las clínicas abortistas no pueden pretender estar a favor de la mujer y, al mismo tiempo, permitir que la mayoría de sus clientas se vean presionadas para abortar sin desearlo".

Fundación Madrina ha alertado del aumento de la violencia ejercida contra la embarazada y ha pedido protección eficaz para la mujer que la sufre: “El mayor acoso y violencia que sufre una mujer es por el hecho de ser madre”. Muchas mujeres embarazadas sufren una "violencia extrema y acoso psicológico" por parte de sus parejas o entorno familiar a consecuencia del embarazo.

El Instituto de Política Familiar (IPF) ha publicado su informe “El aborto en España 2023” y su principal conclusión aterra, "el aborto se consolida como un cáncer para las mujeres más vulnerables y de la natalidad". Así concluyen que la mayoría de embarazos de adolescentres, el 63%, y 2 de cada 7 embarazos de inmigrantes, acaban en aborto. El informe muestra cómo el aborto se utiliza para extorsionar a la mujer vulnerable. 

Además, si hablamos de aborto químico, varios médicos han denunciado en numerosas ocasiones cómo la industria del aborto oculta las consecuencias de las píldoras abortivas: graves infecciones, pérdidas de sangre... e intervenciones quirúrgicas de urgencia. Donna Harrison, médico especializada en obstetricia y ginecología, profesora en la Trinity International University y directora de la Asociación Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos Pro-Vida, llegó a asegurar que "son cuatro veces más peligrosas que un aborto quirúrgico".

Y si hablamos de aborto quirúrgico, ya es una intervención con anestesia, en la que después de dilatar el cuello del útero por medios mecánicos y/o farmacológicos, se procede a la aspiración y a un microlegrado, es decir, se aspira al niño a trozos, a la madre se le administra anestesia general o local, es decir, puede ir viendo el proceso. 

No muchas mujeres se atreven y tienen fuerzas para hablar de las consecuencias físicas y mentales después de un aborto, cuando lo hace, sus palabras son heladoras: "El vacío es indescriptible. A mi hijo lo tiraron a un cubo", "No he podido volver a quedarme embarazada", "Te dicen que no mires, porque si miras ves su cuerpo entero en una mesa de operaciones", "Me dijeron que cuanto más grande el niño, más cobraban por el aborto"....

Irene Montero, como Ministra de Igualdad que defiende a la mujer, debería estar al lado de esas mujeres, fomentando medidas y leyes de apoyo a la maternidad, pero por el contrario sus leyes se basan en la defensa y promoción del aborto, dejando a la mujer que no quiere abortar sin alternativas. En España se destinan 32 millones de euros en ayudas para abortar frente a los 5,5 millones para ayudar a las embarazadas que lo necesitan, además, seguimos sin escuchar hablar del salario maternal, la medida que conseguiría más igualdad entre hombres y mujeres. 

 Ante toda esta ola de violencia contra la mujer embarazada, ¿y si fuera al hombre a quien se obligara a escuchar el latido del bebé y a ver su ecografía, a su propio hijo? ¿Presionaría a su mujer para que abortara, para que se librara, y le liberara a él del 'paquete'?