Comenzamos esta crónica semanal sobre cristianos perseguidos en Sri Lanka, donde durante el domingo de Resurrección del año 2019, un total de 171 fieles católicos fueron asesinados en dos atentados terroristas suicidas vinculados al Estado Islámico.

Con ocasión, el próximo 21 de abril, del aniversario de los asesinatos, la comunidad católica de Sri Lanka va a entregar una solicitud al cardenal Malcolm Ranjith para que sean reconocidos como mártires.

En declaraciones a la agencia Fides, el padre Cyril Gamini Fernando, sacerdote de Colombo, aseguraba que “fueron asesinados mientras adoraban a Dios. Estaban en la iglesia para celebrar la Resurrección de Cristo. Queremos que sean proclamados mártires”. Y añadía que la solicitud, firmada por miles de fieles católicos, pedirá “que se inicie el proceso para su beatificación”. “El cardenal la someterá después a la Santa Sede".

"Los que murieron en las iglesias en abril de 2019 sacrificaron sus vidas por aquello en lo que creían. Venían a la iglesia porque creían en Cristo", ha declarado estos días a los fieles el cardenal Malcolm Ranjith, arzobispo de Colombo, respaldando la iniciativa popular de los fieles.

Nos vamos a Perú, donde en la capital, Lima, unos individuos atacaron una imagen de la Virgen María, arrancándole los ojos y el corazón, recoge Aciprensa.

La imagen se encuentra en una gruta, en el cerro Centinela, el cual separa dos barrios de la capital peruana. Tras el ataque, fue trasladada a la parroquia del ‘Inmaculado Corazón’, cuyo párroco, el sacerdote Martín Herrera, animó a rezar por la conversión de los vándalos.

“Es la segunda vez que hay un atentado de este tipo. Es un ensañamiento contra nuestra fe, contra la profunda fe católica que tenemos. Es una persona o varias personas que creemos tienen problemas”, dijo un fiel local a un canal de televisión.

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Nuestro siguiente destino es Etiopía donde, recientemente, Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) informó de que en la capital, Addis Abeba, cuatro monjes cristianos ortodoxos fueron secuestrados y asesinados. Los religiosos vivían en el monasterio ortodoxo de Zequala. Este secuestro y asesinato se produjo en el contexto de la lucha armada que se está produciendo entre grupos armados y el gobierno etíope, recogió Aciprensa.

Y en ese contexto, recientemente, unos musulmanes llamados oromoUmmah (‘nación oromo’ en árabe) obligaron a los agricultores cristianos a convertirse al islam a punta de pistola.