La ley de derechos digitales aprobada el martes en Florida es más amplia, aunque uno de los puntos más destacados es precisamente el que pretende limitar la censura de Google y de otros motores de búsqueda.

“Básicamente establece una serie de protecciones para los floridanos con respecto al ámbito digital, empezando por el derecho a controlar los datos personales, incluido el derecho a confirmar el acceso y eliminar los datos personales de una plataforma social”, afirmó Ron DeSantis.

El punto más destacado y el más difícil de exigir es el referido a Google, entre otros motivos porque requiere que el buscador -y cualquier motor de búsqueda- revele si prioriza determinados resultados en función de la ideología política. Como se pueden imaginar, Google, que siempre ha negado cualquier manipulación y menos aún ideológica, no va a admitir que manipular las búsquedas porque lo diga una ley estatal.

Recuerden cómo, con motivo de la pandemia, el buscador aplicó el principio de ‘my money, my life’ (mi dinero, mi vida), es decir, no puedes criticar a las grandes empresas (my money) ni podías manifestar la menor sospecha acerca de la versión oficial de todo lo que rodeaba al Covid. El cambio de algoritmo que llevó a cabo el buscador el 4 de diciembre de 2020 marcó un antes y un después.

En definitiva, la ley aprobada en Florida es ambiciosa, pero mucho nos tememos que será difícil controlar su cumplimiento. ¿Cómo se demuestra que Google envía a la página 20 una información, por ejemplo, provida, o un artículo crítico con la ideología de género? Es muy difícil.

La norma, además, reconoce el derecho de los usuarios a controlar sus datos personales -otra cuestión casi imposible-, así como el derecho a que esos datos no sean utilizados en su contra, por ejemplo, para contratar un seguro o comprar una vivienda.