Monseñor Munilla, con todo respeto, de eso nada: la persecución ya está aquí, desde hace tiempo. Persecución violenta en Oriente -como revela cada semana José Ángel Gutiérrez en las pantallas de Hispanidad- y persecución silenciosa en Occidente
Entrevista con monseñor José Ignacio Munilla, que deja la diócesis de San Sebastián para trasladarse a Alicante. Entrevista de bienvenida y la primera en la frente: anuncia que viene una persecución contra la Iglesia y nos pide que nos preparemos.
Hombre, monseñor, con todo respeto, de eso nada: la persecución ya está aquí, desde hace tiempo. Persecución violenta en Oriente -como revela cada semana José Ángel Gutiérrez en las pantallas de Hispanidad- y persecución silenciosa en Occidente.
La persecución está siendo violenta en Oriente y silenciosa en Occidente... pero cuidado: en Occidente se agudiza con una anti-Iglesia feroz y fratricida. En este sentido, y en el caso concreto de España, habrá que decir de una vez que los obispos españoles están aterrados. Saben que el mal está dentro. La pandemia y el cierre de iglesias, a veces llegando más allá que el mismo Gobierno Sánchez, ha supuesto la puntilla para una clase episcopal que ha perdido su influencia en los fieles -con notables excepciones, es cierto, pero nada más- y, con ello, su influencia en la sociedad española.
Los obispos españoles están aterrados. Saben que el mal está dentro. Y cuidado con el sincretismo, que siempre precede al Anticristo
En paralelo, y aunque parezcan dos cuestiones distantes, no lo son. Cuidado con el sincretismo, que siempre es profanación y siempre precede al Anticristo. En París se ha celebrado un rito común de cristianos y musulmanes, casualmente en la iglesia católica de San Sulpicio. Esos ritos no suelen celebrarse en una mezquita.
Y el sincretismo, esa macedonia de religiones que siempre resulta pintoresca pero que es peligrosa, forma parte de el mayor problema al que se enfrenta la Iglesia: la profanación eucarística, desde el interior de la Curia, la peor, y desde el exterior. Por todo ello al sincretismo conviene dedicarle un minuto. La prensa francesa se ha hecho eco del eclecticismo cristiano-mahometano de San Sulpicio. No me extraña porque el islam no es sino una herejía caricaturesca del Cristianismo, que se queda con determinados signos externos sin llegar a la sustancia.
Ahora bien, por eso mismo debería evitarse más, mucho más.
Frente al sincretismo religioso que se expande por el mundo resuenan las palabras de San Pablo (Y el "Señor Jesús", de Benedicto XVI) cuando afirma que Cristo es cabeza de todos los seres celestiales y terrestres. Y esto es así porque "Dios tuvo bien que en Cristo habitase toda la plenitud". Cristo no es un ser humano formidable: Cristo es dios creador del universo y cabeza del Cuerpo Místico.
A ver si nos entendemos: ni la Iglesia es pluralista ni la Iglesia es democrática: es teocrática. Porque los dioses, en efecto, pueden y deben comportarse como si fueran amos. Lo son
Para entendernos: ni la Iglesia es pluralista ni la Iglesia es democrática. La iglesia es teocrática. Recuerden al genial Goscinny cuando le hace exclamar a un vicioso médico romano aquello de "Esto de que los dioses se comporten como si fuesen amos tiene que acabarse".
Pues eso, que Cristo es Dios y el hombre es el hombre, y cada cual tiene que comportarse como lo que es. Como diría Putin: el hombre es padre y la mujer es madre. Y déjense de chorradas
Porque los dioses, en efecto, pueden y deben comportarse como si fueran amos. Lo son. Y porque si la religión cristiana es la verdadera y lo es, las demás no pueden serlo. Lo otro atentaría, no contra la fe, sino contra el sentido común... al tiempo que favorece la persecución de todo aquel que crea en algo. Por ejemplo, los cristianos.