Comenzamos esta crónica semanal sobre persecución a los cristianos en Myanmar, donde dos  jóvenes católicos de 20 y 21 años fueron asesinados por soldados de la Junta militar mientras recogían alimentos para los desplazados de Demoso, en el Estado de Kayah, informa Asia News.

Al menos 50.000 habitantes de Demoso, de otras ciudades del estado de Kayah y del norte de Shan huyeron al bosque para escapar de los enfrentamientos, que en los últimos días se han cobrado nueve víctimas entre la población civil.

Los dos jóvenes asesinados, Alfred Ludu y Patrick Boe Reh, eran miembros de la parroquia de San José de Demoso. Este viernes habían ido a recoger alimentos para los desplazados por primera vez. Como no había suficiente para todos, salieron una segunda vez. Los soldados los esperaron y los mataron en el barrio de Ngu Palot.

La artillería de la Junta también atacó la iglesia de San José. En los días previos, otra iglesia -la del Sagrado Corazón, en Kayantharyar- cerca de Loikaw fue atacada, y mataron a cuatro personas que se habían refugiado en el interior del templo.

Días después, el 29 de mayo, las fuerzas de seguridad asesinaron a un voluntario que trabajaba en el seminario católico de Kayah durante un allanamiento al edificio en el que se alojaban refugiados y desplazados, según informa la Agencia Fides.

La reciente escalada de violencia de este pasado Pentecostés, que ni siquiera se ha detenido ante los lugares de culto y las personas indefensas, nos conmociona profundamente

En ese contexto, en un “serio llamamiento”, el cardenal Charles Maung Bo, Arzobispo de Yangon (Rangún) y presidente de la Conferencia Episcopal de Myanmar, se dirigió a la comunidad internacional con motivo de los ataques a las iglesias, informa ACN.

Hablando en nombre de la Conferencia Episcopal de Myanmar, el Cardenal señala que “las iglesias, los hospitales y las escuelas están protegidos por la Convención de La Haya”, acusando de violación del derecho internacional a los militares, que volvieron a hacerse con el poder a principios de febrero. “Al margen de tratados y protocolos, deberíamos recordar que la sangre derramada no es la sangre de un enemigo. Las personas que han muerto o han resultado heridas son ciudadanos de este país”.

“La reciente escalada de violencia de este pasado Pentecostés, que ni siquiera se ha detenido ante los lugares de culto y las personas indefensas, nos conmociona profundamente”, ha declarado el presidente ejecutivo de ACN International, Thomas Heine-Geldern.

“El pueblo de Myanmar lleva meses atravesando la más profunda oscuridad. La Iglesia, a través de sus llamamientos, pero más aún a través de su trabajo, subraya que, como pequeña minoría, está haciendo todo lo posible para promocionar a la paz y a la construcción de la nación, así como para acompañar al pueblo en su desgracia, que se ve magnificada aún más por la pandemia”.

Luego el mismo hombre apuntó contra el padre del pastor, Bhima Bumbariya, y le asesinó

Y nos vamos a la India, donde la persecución contra cristianos sigue creciendo. Hindúes radicales nacionalistas asesinaron a un cristiano de 52 años, padre de un pastor, y blandieron espadas y machetes contra los demás miembros de la familia de creyentes, según reporte, recoge Gaceta Cristiana.

Cerca de 15 nacionalistas hindúes atacaron a la familia del pastor Ramesh Bumbariya en su casa del Distrito Bansawra en el noroeste del Estado de Rajasthan el martes, según reportó International Christian Concern, remarcando que la familia fue atacada después de rehusarse a renunciar a su fe cristiana.

En medio del tumulto, un hombre apuntó contra el pastor, disparó pero falló. Luego el mismo hombre apuntó contra el padre del pastor, Bhima Bumbariya, y lo asesinó.

Después que su padre cayó al suelo, el pastor Bumbariya también quedó inconsciente, según ICC, y el pastor junto a dos familiares fueron trasladados al hospital de la ciudad de Udaipur, pero el personal médico se rehusó a atenderlos debido a los protocolos por el Covid-19. Los creyentes fueron admitidos más tarde en una clínica privada.

«Seguiré adelante con el ministerio que Dios me ha dado. Ya hemos renunciado a mucho por causa de nuestra fe. Ellos se llevaron nuestras tierras, destruyeron nuestras casas, y ahora quieren nuestras vidas. Estoy preocupado por mi familia y mis niños; acerca de qué les sucederá cuando ya no esté aquí», agregó el pastor.

En febrero, cristianos del Estado del este de Jharkhand fueron hospitalizados después de sufrir heridas en un ataque de radicales nacionalistas hindúes, quienes les acusaron de convertir personas al Cristianismo.

«La ideología de los hindúes nacionalistas es que si eres indio entonces eres hindú, así que cualquier otra fe- incluyendo el Cristianismo- es vista como No-India. Además, las conversiones al Cristianismo de trasfondos hindúes o religiones tribales es algo perseguido por los propios familiares y comunidades de los nuevos creyentes», denunció Puertas Abiertas.