Como recogió Hispanidad, el pasado 9 de mayo, el Tribunal Constitucional sanchista interpretó que la Constitución "reconoce a la mujer el derecho a decidir libremente sobre la continuación del embarazo dentro de las primeras catorce semanas de gestación". 

Y eso, después de que el recurso del PP a la ley abortista de Zapatero llevase 13 años en el dique seco. Pero ahora, en cuestión de tan solo tres meses, el nuevo TC sanchista ha avalado el aborto como si fuera "un derecho". 

Esto es, como decía recientemente  Mons. Reig Pla (obispo emérito de Alcalá de Henares) “lo peor que ha ocurrido en la historia de España” y “lo peor que le puede suceder a una sociedad”, ya que "organizar la vida social para matarnos los unos a los otros es consagrar que un delito pase a ser derecho”. 

El último obispo español en hablar del asunto ha sido el obispo de la diócesis de Canarias, José Mazuelos Pérez, que ha escrito una carta pastoral titulada «Justicia y Respeto a la Vida». 

En esa carta, Mons. Mazuelos argumenta que la iglesia "debe dar testimonio de las verdades morales, sin las que el bien común no podría sobrevivir". Recuerda que "algunos valores éticos fundamentales están por encima del consenso y no son fruto de la mayoría". "Ninguna mayoría puede convertir lo bueno en malo".

Recuerda el obispo canario que "está demostrado que las mujeres tienen reacciones físicas, psicológicas, emocionales y relacionales frente a un aborto provocado, que son diferentes para cada mujer y que, aunque son experiencias muy personales, casi todas lo describen como traumáticas

El obispo canario recoge la cita de la sentencia del TC que dice que "las primeras 14 semanas de gestación es el periodo en que la vida prenatal se encuentra todavía en estado hipotético o potencial", calificándola como "grave afirmación anticientífica". "Aceptar esta circunstancia es privar de cualquier derecho al ser humano durante los tres primeros meses y medio de su gestación negando que el embrión sea un ser humano autónomo e independiente de la madre, afirmando --de forma anticientífica-- que la vida humana no comienza en el momento de la fecundación". 

Mons. Mazuelos también destaca de la sentencia del TC que "confirma la posibilidad de abortar hasta los cinco meses y medio de gestación si se percibe una discapacidad en el nasciturus". Y afirma: "Esta medida legislativa nos introduce en el reconocimiento de la desigualdad y abre la puerta de la injusticia. Si no se concede dignidad a los seres humanos hasta los 3 meses y medio, ¿por qué, en caso de discapacidad la dignidad no se adquiere hasta los 5 meses y medio? Desde una visión racional y lógica solo cabe afirmar que todos los fetos discapacitados son 'seres subhumanos' con menos derechos que los que no tienen discapacidad. Con esta medida legislativa se crea, en nombre del progreso, un nuevo estatus humano, una nueva clase social carente de dignidad y derechos. A partir de ahora, no todos somos iguales y se esta minando el principio básico de la justicia: la igualdad todos los seres humanos". 

También recuerda el obispo canario que "está demostrado que las mujeres tienen reacciones físicas, psicológicas, emocionales y relacionales frente a un aborto provocado, que son diferentes para cada mujer y que, aunque son experiencias muy personales, casi todas lo describen como traumáticas". 

"Ante esta situación -señala Mons. Mazuelos- caben varias posturas: lavarse las manos, mirar para otrata parte, justificar la muerte, o mejor: esforzarse por cambiar en las conciencias, en las leyes y comportamientos por medios legítimos este estado de cosas que evidencia una clara cultura de la muerte que desdice nuestra condición humana, de nuestra civilización e historia como pueblo y, para los cristianos, del mensaje del evangelio". 

El prelado canario recoge también una cita contundente del Papa Francisco: "¿Como puede ser terapéutico, civilizado o simplemente humano un acto que suprime la vida inocente e indefensa en su florecimiento? Yo os pregunto: ¿Es justo 'quitar de en medio' una vida humana para resolver un problema ¿Es justo contratar a un sicario para resolver un problema? No se puede, no es justo 'quitar de en medio' a un ser humano, aunque sea pequeño, para resolver un problema".