Santos Inocentes. "Llega la hora en la que cualquiera que os mate, pensará que rinde un servicio a Dios" (Jn 16,2).

Narendra Modi, mandamás de la India, el país más poblado del mundo, y uno de los escenarios mundiales donde más se persigue a los cristianos, asiste a la celebración de Navidad en un templo católico. En la sede de la Conferencia episcopal india, Modi, en un templo católico el día de Navidad.

No me molesta, de hecho, hasta se supone que incluso deberíamos darle las gracias. Ahora bien, resulta que desde su partido, el Bharatiya Janata Party (BJP), que lleva ya para 112 años al frente de esta peligrosa potencia mundial y desde la subida al poder de un nacionalista hindú como él, los ataques a los cristianos se han multiplicado. Por tanto, que acuda a un templo católico me parece estupendo: a ver si sus fanáticos se tranquilizan un poquito.

Panteísmo. Y el peligroso primer ministro indio Narendra Modi aprovecha la Navidad para presentarse en un templo católico: ¡qué oportunidad y qué peligro!

Ahora bien, por ahora estamos sólo ante un gesto e incluso preocupante. Me explico: la religión de Modi es el panteísmo, el 'todo es Dios' y nadie es culpable de nada o todo el mundo es culpable de todo. Como te vas a reencarnar en gusano lo más probable es que tú, individuo, valgas poco o no valgas absolutamente nada: mindundi más que mindundi. 

No es caridad, es quietismo, no es humildad es desprecio.

Además, el panteísmo hindú, como todos los orientalismos, nunca contempla al individuo, sólo a la colectividad. Recuerden que el hombre no es hijo de Dios sino una partícula de la naturaleza y como tal nimiedad no merece respeto alguno. 

Por último, Modi acude a un templo católico, como podía acudir a una mezquita musulmana o al Ateneo de Madrid. El Dios cristiano no es nada especial, es un dios más en un altar de cientos de dioses. Hay que saber en qué consiste todo politeísmo; no en que el ser humano se eleva a divinidad, sino que es el dios el que se abaja a algo inferior, al hombre: esto de que los dioses se comporten como si fuesen amos tiene que acabarse. Entre nosotros: un asco, como todo sincretismo.

Por tanto, ¿a qué Dios rezó Narendra Modi en la capilla cristiana? A todos, es decir, a ninguno. 

Ahora bien, volviendo a Occidente, lo que vivimos hoy es la hora terrible ya anunciada: "Llega la hora en la que cualquiera que os mate, pensará que rinde un servicio a Dios".

Vivimos tiempos de Cristofobia y cristianofobia crecientes y con dos tipos de martirios: el sangriento y el humillante. El sangriento es, por el momento, cosa de Oriente, pero el humillante, por el que todo cristiano por el hecho de serlo, resulta ninguneado,.. ese es propiedad exclusiva del Occidente... cristiano.