La impunidad de Rusia en Ucrania y la pretendida firma de un armisticio debe alertar a España urgentemente a negociar que se amplíe el escudo de la OTAN a las plazas de Ceuta y Melilla. Tras el desencuentro y reencuentro Trump-Zelensky en pocas horas por firmar un cese del fuego, pese al ofrecimiento de Europa, nos debe llevar a  una conclusión: los “ninis” europeos (políticos de todos los colores que ni hacen ni dejan hacer) son el hazmerreír a ojos de las potencias mundiales.

Las tierras raras de Ucrania, una ocasión europea perdida para lograr la paz con Rusia que parece va a aprovechar EE.UU. El rearme de Europa que anuncia von der Leyen con una inversión de 800.000 millones de euros en la UE en los próximos años no será inmediato. 

La razón: la burocracia comunitaria consumirá bastante tiempo y debates antes de su implementación real. 

No queda claro tampoco para Zelensky si la propuesta de rearmar Europa y crear un Ejército Europeo es una ayuda o  si añade más burocracia interna europea por la figura existente de la Agencia Europea de Defensa (AED) y  la PESCO (Cooperación estructurada Permanente de la UE en materia de defensa) creada esta última en el 2017 para suministrar unidades de combate a misiones planificadas de todos los países europeos salvo Reino Unido (por el brexit), Dinamarca y Malta. 

El desentendimiento de EEUU a seguir apoyando financiera y militarmente a Ucrania iba a conllevar para Europa - y así se entiende el cambio de parecer de Zelensky- un trasvase de fondos europeos de lo importante a lo defensivo más urgente dejando de lado de  asumir otros desafíos marcados hasta ahora como prioritarios: cambio climático, IA, lucha contra recesión, migración, guerra comercial con China, baja natalidad, pensiones, estado de bienestar, ciberataques, etc. 

Además de rearmarse Europa los aliados europeos tendrían que costear el vacío de EEUU militarizando Ucrania con muchas más contribuciones financieras futuras. Hay que preguntarse si con la ausencia de EEUU en este conflicto u otro futuro, la UE puede erigirse en un Banco Europeo para la Guerra sin límites de fondos.  

La tierras raras de Ucrania, una oportunidad perdida para Europa

Es por ello que más de uno empieza a creer que la propuesta de Trump de controlar las tierras raras de Ucrania a cambio de la paz para evitar que Rusia siga invadiendo Ucrania parezca una jugada maestraque no advierten las cancillerías europeas porque sin desembolsar un dólar obtiene el armisticio, contiene a Putin y a Europa nos ahorra gasto militar mientras nos dedicamos a reconstruir el país arrasado por tres años de guerra recurriendo a los 300.000 millones de euros de los activos rusos congelados en el extranjero a causa de la invasión. 

Cuesta creer -a pesar del énfasis de von der Leyen- que la  UE asuma el coste de la guerra tras independizarse militantemente de los EEUU. Si en cuestiones mucho menores como implementar un único huso horario en la UE (es decir dejar de adelantar/atrasar una hora el reloj) lleva años intentándolo sin éxito por falta de entendimiento entre los 27 países de la UE, resulta difícil que con tanto antimilitarismo en la población europea desde la caída del Muro de Berlín llegue el rearme a buen término y seamos capaces de formar  300.000 soldados nuevos así como dedicarle un altísimo coste presupuestario  hasta casi duplicar el PIB actual  a la defensa.

Diversos think-tanks cuestionan la teoría de que en tan poco tiempo se pueda reclutar, entrenar y equipar a efectivos del Ejército Europeo, cuando Europa lleva años reduciendo sus ejércitos y rechazó responder  la anexión de Crimea por parte de Putin en el 2014, pactando en su lugar el suministro de gas barato a Occidente por iniciativa de la ex canciller alemana Angela Merkel.

Si Alemania sin ir más lejos lleva años esforzándose en aumentar sus efectivos militares sin éxito a pesar de campañas masivas para captar a jóvenes reclutas, cómo Europa con sus más bajos índices de relevo generacional y tan elevados niveles de envejecimiento será capaz de atraer a jóvenes dispuestos a empuñar el fusil, a no ser que dejemos entrar un caballo de troya reclutando a migrantes (islámicos) con el riesgo de que algún día controlen los botones de las ojivas .

Los 800.000 millones de euros que von der Leyen ha anunciado para la defensa de Europa han de ir acompañados de un incremento considerable a la contribución nacional de cada país de la OTAN al capítulo de defensa. Sólo en España, sin presupuestos generales de Estado (PGE) desde hace años, se vislumbra una hazaña titánica por la oposición de sus socios de investidura (CICC) que están más por doblegarse a Putin que por la guerra.

Además debería arrancar el visto bueno del PP y del resto del Congreso aunque Sánchez no se haya caracterizado por buscar ni el diálogo ni el consenso  parlamentario en cuestiones tan sensibles de política exterior. Solo hay que remitirse a las continuadas disputas diplomáticas con Marruecos, el Sahara, Argelia, Argentina, Venezuela, Israel, Gaza, y ahora EEUU. sin aclarar y ahondar en detalles que demanda la opinión pública.

Los discursos de nuestros dirigentes europeos -como los de Sánchez llenos de ideología retórica - son muy bonitos, pero habría que ponerlos en cuarentena porque del dicho al hecho va todo un trecho hasta materializar el desembolso en defensa. Las altas tasas de endeudamiento en casi todos los países de la UE (España bate todo un récord histórico con Sánchez hasta los 1,6 billones € con tendencia al alza) y el gasto adicional en armamento  puede llevar no una recuperación económica sino todo lo contrario, a agudizar la recesión amén de hacer menos competitiva a las empresas europeas por falta de reformas estructurales e inversiones estratégicas. 

La UE se ha convertido en todo un aparato burocrático gigante con piel de elefante que solo le preocupa ciertas guerras (ni en los Balcanes, el Cáucaso y Crimea fracasaron las mediaciones europeas). Cualquier iniciativa legislativa se ha de traducir previamente a las 24 lenguas oficiales (con las pretensiones de Madrid de agregar el vasco, el catalán y el gallego para más burocracia), antes de pasar a ser discutida en el Europarlamento y el Consejo Europeo con los pinganillos. 

A todo ello hay que sumarle las posturas dispares en el seno de la UE a la actual administración en Washington: Francia siempre ha buscado la autonomía estratégica de EEUU, el Reino Unido en el “brexit” (aunque el arsenal  nuclear de ambos son insuficientes para toda Europa), Alemania recela, los países del Este y bálticos temerosos ante el expansionismo de Putin aplauden la doctrina Trump y España sin rumbo fijo acosada por tanta corrupción interna.

España debe prevenir sus intereses en el norte de África

A España se la abriría la oportunidad histórica de negociar con el futuro mando del Ejército Europeo  o incluso la OTAN la ampliación de la cobertura del escudo protector a las plazas de Ceuta y Melilla (hoy por hoy desprotegidas con la amenaza latente de Marruecos) a cambio de un consenso paneuropeo en materia de seguridad y defensa.  Parece que Canarias sí está amparada en la OTAN por formar parte de los denominados “territorios insulares al norte del Trópico de Cáncer”. 

Sin embargo no es el caso de Ceuta y Melilla que a pesar de ser puntos estratégicos en la entrada del Mediterráneo están fuera de todo escudo protector por no haber formulado ningún gobierno en Madrid tal petición expresa desde su ingreso en la OTAN hasta la fecha. En 2016 un grupo de congresistas estadounidenses republicanos reprocharon a España que permitiese a submarinos y buques rusos hacer escala en Ceuta.

Con la crisis del desencuentro entre Washington y Kiev, Europa arrastra la hipoteca desde hace décadas de una falta de política exterior  y de defensa común. La guerra en Ucrania y el retiro de la ayuda de Trump a Zelinski evidencia nuestras más vergonzosas intimidades. Europa está por la paz y la guerra al mismo tiempo mientras sanciona a Putin, crea la falsa expectativa de ingreso en la OTAN de Ucrania y España compra gas a Rusia para financiar la invasión. De ahí que Kiev no se fíe del todo de los europeos, haya reculado ante Trump pidiendo perdón y queriendo volver a ser amigos. 

Además quién diría que Europa en sus contradicciones no haría a Kiev lo mismo que al Reino de España con Puigdemont: la defensa de un espacio judicial común europeo no impide que el convicto más perseguido de todos los tiempos por la justicia española e Interpol como Puigdemont no sea extraditado a Españaa petición de la máxima autoridad judicial española a través de varias Euro-Órdenes por oposición de una serie de tribunales menores en Dinamarca, Alemania y Bélgica y, por el contrario goce de barra libre en Waterloo hasta incluso de inmunidad del parlamento europeo.

Si Trump estaba dispuesto a explotar las tierras raras de Ucrania como estrategia para evitar que Rusia ataque efectivos norteamericanos en suelo ucraniano salvo el riesgo de provocar otra guerra contra EEUU, por qué la UE no secundó el ejemplo y pactó con Kiev la explotación de esos recursos naturales con la advertencia a Moscú que atacar  intereses no militares europeos en tierras ucranianas significaría declarar la guerra a toda Europa.  

Y de paso por cierto si la UE quiere mejorar notablemente su competitividad global y arreglar la guerra comercial con EEUU por la decisión de Trump de subir los aranceles, puede hacerlo fácilmente suprimiendo  impuestos, tasas, aranceles, regulaciones y sobre todo trabas burocráticas a productos, bienes, servicios e inversiones americanas en Europa y poner fin a tantas cortapisas a la innovación tecnológica. En contra del repentino espíritu europeo de simplificar la vida, España duplica y cede tanto competencias como estructuras de Estado para contentar a ciertas CCAA.