Merck presentó este martes, Día Mundial de la Fertilidad, la encuesta sobre ‘Conocimiento y tabús sobre la fertilidad en España’. Lo de menos es el sondeo, que arroja datos tan profundos como que los españoles entre 30 y 34 años son los que se sienten menos informados sobre salud reproductiva.

Lo dicho, lo más importante es que el patrocinador de la encuesta está especializado en fecundación in vitro (FIV), que no es vida sino muerte. Así, la propia Merck explica en su web lo siguiente:

“Si se logra la fecundación, obtendremos embriones. Estos embriones se analizarán cuidadosamente en el laboratorio durante los siguientes días, y se clasificarán en función de sus características y la capacidad de desarrollo. Esto permitirá establecer la calidad de cada uno y seleccionar el embrión a transferir”.

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Donde vean “embrión” lean ser humano o, si lo prefieren, niño o bebé, porque el óvulo fecundado ya es un ser humano completo, un niño, con todas sus potencialidades, aunque todavía por desarrollar. Por eso, en el Día Mundial de la (in)Fertilidad, Merck no promociona la vida sino la muerte de todos los embriones -la mayoría, por cierto- que no son transferidos.